Campiña Sur | Guadajoz

De Espejo a Fernán Núñez, la falla que parte la Campiña y provocó diez terremotos en 2019

  • La Red Sísmica Nacional detecta diez terremotos con epicentro en estos municipios en 2019

  • En el conjunto de la provincia de Córdoba se registraron 19 seísmos, la mitad en la Campiña

  • El más fuerte tuvo lugar en agosto en Espejo y alcanzó una magnitud de 2,9 grados Richter

Una grieta en la carretera CO-3230.

Una grieta en la carretera CO-3230. / El Día

La tierra se mueve en la Campiña de Córdoba. Bajo las lomas fértiles que rodean Fernán Núñez, Espejo o Nueva Carteya, el suelo se agita. Hasta un total de diez terremotos registró la Red Sísmica Nacional en esta zona de la provincia el año pasado: cuatro con epicentro en el término municipal de Fernán Núñez, otros cuatro en territorio espejeño y uno más en el colindante carteyano. “Todos estos fenómenos se producen por una falla que se está moviendo, aunque en este caso no existe una explicación clara de cuál es”, explica a el Día el director de la Red Sísmica Nacional, Emilio Carreño.

En la Base de Datos de Fallas Activas de Iberia, más conocida como QAFI, no consta ninguna documentada en el conjunto de Córdoba, aunque Carreño advierte de que ello no implica que no exista: “Simplemente no se ha estudiado. Faltan muchísimos informes geológicos por hacer, es un campo que avanza muy despacio”. Así que, sin que los especialistas sepan en concreto qué falla los produce, la Campiña cordobesa registró una decena de temblores en el último año. “Es una de esas series que no tiene explicación”, dice con normalidad de experto. Y aclara que estos fenómenos, inquietantes para el común de las personas, son “habituales” porque “la tierra se mueve continuamente”.

Apenas 20 kilómetros separan Fernán Núñez de Espejo. Los recorre la estrecha carretera provincial CO-3203. A un lado y a otro quedan antiguas casas de labor, sembrados que empiezan a crecer como una alfombra verde, olivares, vides peladas que duermen en invierno. Las lomas se pliegan sobre los arroyos, como el de la Huertezuela, el más próximo a la carretera y perceptible por los cañaverales que marcan su curso; el de la Dehesilla, el Ventogil y otros hilillos de agua a los que nadie ha puesto nombre y que mueren a pocos kilómetros en el Guadajoz. Y bajo los almendros que estos días anuncian la primavera cuajados de flor, a los pies de las perdices que constantemente se cruzan en la CO-3203, la tierra se mueve.

A las 20:41:34 del 9 de enero del año pasado, con epicentro en Espejo, se produjo el primer terremoto de esta serie, como detalla el informe de la Red Sísmica Nacional, con una magnitud de 2,5 puntos en la escala de Richter. Hubo una repetición el 27 de enero, esta vez de madrugada, a las 04:13, con intensidad 2,2. El siguiente aconteció, también en Espejo, a las 16:35 del 21 de febrero, de 1,8 grados, y el 2 de abril le tocó el turno a Fernán Núñez. Nueva Carteya tembló el 1 de julio; Fernán Núñez, repetidamente, el 14 y el 18 de julio; Espejo, el 26 de agosto, y Fernán Núñez de nuevo, para cerrar el episodio, el 15 de septiembre.

La provincia de Córdoba registró el pasado año, en total, 19 terremotos, de los que la mitad se produjeron en este rincón de la campiña, junto a los Llanos de Vanda, donde la historia sitúa la batalla que enfrentó a los ejércitos de Julio César y Pompeyo. Cardeña, Rute, Fuente Obejuna, Obejo, Palenciana, Córdoba capital, Almedinilla y Adamuz fueron los otros municipios donde se documentaron movimientos de tierra. Aunque el más intenso de todos lo provocó la inquietante falla de la campiña y tuvo epicentro en Espejo.

Señalización viaria en la carretera CO-3203. Señalización viaria en la carretera CO-3203.

Señalización viaria en la carretera CO-3203. / Robles

Aconteció a la hora de la siesta, con el sol pegando con fuerza sobre el Castillo Ducal y los estómagos en plena digestión: a las 15:36:45 del 26 de agosto. Alcanzó una magnitud 2,9 en la escala de Richter y una intensidad II en la de Mercalli. A estos niveles, al menos en teoría, un temblor puede ser perceptible por personas en reposo, particularmente en los pisos superiores de los edificios, y oscilan los objetos colgantes.

La Red Sísmica Nacional posee una extensa red de 140 sensores instalados por toda España, normalmente en zonas muy apartadas de la población urbana y de instalaciones industriales, explica Emilio Carreño. Lo habitual es que se sitúen en cuevas profundas o minas abandonadas. De todos ellos, hay dos en Córdoba: uno se ubica en Adamuz y otro en el almacén de residuos radiactivos de El Cabril, en el término municipal de Hornachuelos, por obvias cuestiones de seguridad.

Los sensores, explica el director de la Red, llevan instalado un sistema de alimentación fotovoltaica y los datos que facilitan se conocen a tiempo real –“en menos de dos minutos”, especifica– gracias a los seis segmentos contratados en el satélite Hispasat por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Y lanza un aviso que puede sonar turbador: “Si existiera algún sensor en la zona de Fernán Núñez o Espejo, seguramente se registrarían muchos más movimientos de tierra”.

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