La Unesco ha iniciado en la ciudad de Port Louis, en la República de Mauricio, su cumbre número 30 para la salvaguarda del Patrimonio Intangible Mundial, en la que los expertos decidirán sobre la inclusión de las tamboradas de Baena y del oficio de la piedra seca en dicha lista. Las sesiones arrancaron a primera hora de la mañana con la bienvenida a los participantes y cuestiones burocráticas; será a partir del miércoles cuando las candidaturas, un total de 40, empiecen a analizarse.

Las Parrandas de Remedios de Cuba, el Chamamé argentino, la romería de la Virgen de Zapopán de México o la cultura Congo de Panamá son otras candidatas. También están el hurling, un deporte de equipo irlandés, y la música reggae de Jamaica. Hasta la fecha, 470 tradiciones de la danza, el teatro, la música, los relatos orales, las ciencias naturales y la artesanía han sido designadas como Patrimonio Cultural Inmaterial, entre ellas la Fiesta de los Patios de Córdoba. En España, también forman parte de la lista el silbo gomero, las Fallas de Valencia o los castells de Cataluña.

En febrero de este año, el Senado apoyaba por unanimidad la candidatura de la tamborada a Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y los miembros de la Comisión de Cultura firmaban un texto en el que se mostraba "el reconocimiento y su total apoyo al Consorcio Nacional de los Pueblos del Tambor y el Bombo de España, por ser las tamboradas, rituales del toque del tambor y el bombo, la única candidatura que se presenta por España ante la Unesco para el año 2018". El caso de la piedra seca es diferente, pues ha sido impulsado de manera conjunta por España, Chipre, Grecia, Italia, Francia, Croacia y Suiza.

Incorporación de la danza coreana 'ssirum'

Como preámbulo a estos exámenes, la Unesco ya anunció ayer que ha decidido inscribir en su lista del Patrimonio Inmaterial la lucha tradicional coreana ssirum/ssireum, una propuesta conjunta de las dos Coreas que constituía una iniciativa sin precedentes y con la que pretende contribuir a la reconciliación. “Esta inscripción conjunta constituye un paso altamente simbólico en el camino hacia la reconciliación intercoreana y nos recuerda el poder extraordinario del patrimonio cultural como vector de paz y puente de unión entre los pueblos”, destacó en un comunicado la directora de la Unesco, Audrey Azoulay.

Hizo notar que el hecho de que las dos Coreas hubieran decidido fusionar sus candidaturas no tenía precedentes y no habría sido posible sin la confianza que Pyongyang y Seúl depositaron en la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Esta lucha está vinculada fundamentalmente a la tierra y a la agricultura, y es a la vez un deporte nacional y una práctica cultural muy popular, con competiciones periódicas.