La leche de vaca y la bellota son dos ingredientes que abundan en Los Pedroches aunque nadie se había atrevido a unirlos. Hasta ahora: la quesería artesanal Plazuelo, con sede en la pequeña localidad de Villaralto, acaba de lanzar su primer queso de bellota, un producto "único en el mundo" cuyo lote número 1 se ha agotado antes incluso de salir a la venta. "Ha generado mucha expectación y, además, está muy bueno", ha animado este sábado a probar Ángela Plazuelo, una de las responsables de esta empresa con 28 años de tradición que durante el fin de semana organiza la I Muestra de Queso Artesanal de Villaralto. 

El producto es el resultado de varios años de investigación y pruebas después de que la firma, afamada por sus fantásticos quesos azules, decidiera lanzar un producto que fuese "la seña de identidad de la comarca". "Y qué hay más nuestro que una bellota. En Los Pedroches tenemos conocidísimos productos ibéricos que son posibles gracias a esta dehesa fantástica que tenemos, que es única. Y cada año nos visitan miles de grullas a las que les encanta alimentarse de nuestras bellotas. ¿Por qué no aprovecharlas nosotros también?", reflexiona Plazuelo.

Mayoritariamente denostada en la cocina, la bellota es un producto difícil de trabajar y extraño en cualquier recetario, por lo que el reto era grande. "En Los Pedroches, siempre que se enciende una candela hay alguien que pone unas bellotas a asar, como si fuesen castañas", explica Plazuelo. Esta ha sido, de alguna manera, la fuente de inspiración para integrar el fruto de la encina en el queso, de la misma manera que se hace con las nueces y otros frutos secos.

Y la gran pregunta era: ¿Gustaría algo así? ¿Merecía la pena correr el riesgo? Parece que sí porque, por lo pronto, el primer lote se ha agotado antes incluso de lanzarlo a la venta entre las peticiones de la hostelería y de los clientes habituales. Y el segundo lote, que se pondrá en el mercado en un mes, también está a punto de estar íntegramente comprometido, explica la empresaria, muy ilusionada con este proyecto que vincula aún más su quesería al terruño vallesano.

El queso, que se etiqueta con la marca All-Ballut (zona de bellotas, como se conocía la comarca en época árabe), se elabora en formato cuadrado con un peso aproximado de 500 gramos. Lleva exclusivamente leche cruda de vaca de la zona, pues aquí todo es de proximidad, y reposa durante 60 días en cámara de maduración. El resultado mezcla la cremosidad del queso con el sabor tan singular de la bellota, que se somete a un laborioso proceso artesanal para ponerla a punto. ¿Ganas de más? El queso crudo de oveja con trufa negra, el rulo de cabra y los quesos azules, todos salidos de la quesería Plazuelo, hacen salivar con solo nombrarlos.