Divulgación

La peste cipriana: cuando los cristianos se convirtieron en “chivos expiatorios” del Imperio Romano

Representación de un ritual de religiosidad popular en Festum.

Representación de un ritual de religiosidad popular en Festum. / Facebook Festum

En el año 304, san Cipriano fue azotado, despellejado, hervido en una marmita y, finalmente, decapitado. Aunque lo que estos días interesa de Cipriano de Antioquía no es su martirología, sino cómo en su época el Imperio Romano sufría una pandemia que provocó una enorme mortandad y cómo aquellos primeros cristianos se convirtieron en “chivos expiatorios”. “En todas las épocas se busca a culpables y se apunta con el dedo, no hemos inventado nada. Ahora miramos a los chinos como responsables de la pandemia de coronavirus, y a mediados del siglo III se acusaba a los cristianos”, reflexiona Ignacio Muñiz, director del Museo Arqueológico de Almedinilla (Córdoba, 2.400 habitantes), donde este sábado arrancan las jornadas Festum, que en este segundo verano marcado por el covid-19 se centran en la peste cipriana.

Poco se sabe realmente de aquella plaga que causó una gran pérdida poblacional en un momento en que Roma afrontaba profundas transformaciones políticas, económicas, sociales  y religiosas, y lo poco que se conoce ha llegado a través del legado de san Cipriano. “El obispo de Cartago dejó escrito en sus epístolas y en otros textos las consecuencias de esa peste, que ocupó como mínimo una década desde el año 250”, explica Muñiz. El mártir detalló los síntomas de la enfermedad, que causaba dolor muscular, fiebre intensa, bultos en la piel y vómitos repetidos e insistentes, un conjunto de dolencias que pueden corresponderse con “muchas enfermedades”, como la viruela, el tifus o la propia peste bubónica o negra, como explica el experto.

Las comunidades cristianas, entonces muy precarias y objeto de persecuciones por la propia estructura imperial, asumieron entonces la asistencia a los enfermos, “que quedaban a su avío y la administración romana ni siquiera se hacía cargo de enterrar a los muertos”. La capacidad que mostraron los cristianos, liderados por los primeros obispos, incipientes líderes territoriales, les ayudaron a ganar prestigio al tiempo que se convertían en “chivos expiatorios” como transmisores de la peste. “En todos los momentos de la historia se ha apuntado con el dedo cuando se suceden situaciones incomprensibles o acontecimientos extraordinarios. Ahora son los chinos, los que han inventado las vacunas, los negacionistas… Siempre hay culpables”, reflexiona Muñiz.

Bajo el paraguas de la peste cipriana, Festum intentará arrojar algo de luz sobre un momento histórico que ha sido “muy revisado” y que sigue generando controversia: la llamada crisis del siglo III en Roma. “Poco a poco se producen cambios en todas las estructuras del Imperio. Se suceden un montón de emperadores en varios años, hay descontrol en el gobierno, se cambia el papel que tenían las clases curiales y se habla de la decadencia de las ciudades, que asumen nuevas funciones”, explica Muñiz. Los gobernadores locales pierden peso, cambia la fiscalidad, se produce una devaluación muy grande de la moneda con una gran inflación y los circuitos comerciales entran en crisis. “Por resumir, lo que se está preparando es el feudalismo”, concluye el experto.

La peste cipriana es un ingrediente más en el caldo de cultivo del nuevo sistema, y qué papel pudo jugar en aquella transformación será objeto de la actividad Arqueología de Sofá, incluida en el programa de Festum, en la que participarán especialistas de distintas disciplinas. “Traído al mundo actual, la reflexión que habría que hacer es cómo está cambiando el mundo con la pandemia del covid-19. Podría decirse que ha ayudado a asentar conceptos como la globalización y el uso de las nuevas tecnologías en el día a día… Algo así pudo ocurrir con Roma y la peste cipriana, que habría potenciado los cambios que entonces se producían”, reflexiona Muñiz.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios