Puerto del Calatraveño

Para pegarse contra un muro

  • Córdoba juega en Fitur a ser como Roma o París, pero debería conformarse con vestirse de Burdeos, Salzburgo, Graz o Ferrara, ciudades Patrimonio Mundial con un turismo sostenible

Muro de piedra seca en Los Pedroches.

Muro de piedra seca en Los Pedroches. / El Día

Córdoba se piensa ya en en la liga de colosos del turismo mundial como Roma, París, Berlín o Amsterdam. Lo han dicho esta semana los responsables públicos de la provincia que, en tromba, han asistido a Madrid para participar en la Feria Internacional del Turismo de Madrid (Fitur), uno de los sectores más importantes para exhibir ante el sector qué tenemos y cómo queremos venderlo. Y también, durante este fin de semana, meca de coleccionistas de bolígrafos, folletos y postales que, dentro de unas semanas, acabarán en el cubo de la basura.

Como Córdoba capital es una ciudad bella, de esas en las que hasta la última piedra cuenta una historia, los responsables de atraer a los turistas hasta aquí se han venido arriba y durante la presentación no han tenido reparos en decir que ya quisieran París o Roma. Cuestión de orgullo patrio debe ser, claro está, porque de lo hermosa que es la ciudad, pese al horror en que se está convirtiendo la Judería o el mega aparcamiento en el entorno de la Calahorra que se forma cada dos por tres sin ningún tipo de control, poca responsabilidad tienen quienes ahora gobiernan. Y sí, precisamente, sobre aquellos asuntos que la afean.

Hasta la saciedad hemos escuchado estos días que como la provincia de Córdoba en su conjunto no hay otra, que aquí tenemos tres parques naturales, cientos de castillos y tantos bienes Patrimonio Mundial que ya mismo nos harán falta dedos en las manos para enumerarlos. La Mezquita-Catedral, el Casco Histórico, los Patios y Medina Azahara en la capital, las tamboradas de Baena y hasta los muros de piedra seca que se utilizan como lindes en Los Pedroches han sido exhibidos durante estos días en Madrid como bienes patrimoniales amparados por la Unesco.

La inclusión de estos muretes resulta, cuanto menos, inquietante y debe ser objeto de una reflexión. Porque quienes ahora presumen de este Patrimonio Mundial son los mismos que hace unos años se olvidaron de incluir a Los Pedroches en el expediente que la Junta elevó a la Unesco junto a un grupo de países del mediterráneo para proteger este antiguo oficio de construcción con piedra sin argamasa, como en su día informó este periódico sin que ninguna administración reaccionara en la provincia de Córdoba. Para pegarse contra un muro.

Una oportunidad perdida, como también lo son tener un Aeropuerto al que no llega ningún vuelo comercial o un palacio de congresos que vive una obra eterna mientras los organizadores se van a otras ciudades más preparadas y las instituciones se pelean entre ellas cuando no echan balones fuera. Con los pies en la tierra, y sin mirarse en los espejos de París o Roma, que podrían devolver imágenes deformadas, habría que abrir un debate serio de hacia dónde quiere ir Córdoba capital y provincia con esto del turismo, que por otra parte se consolida como la única industria capaz de activar la economía local como confirman las estadísticas.

Y, para empezar, habría que resolver cuestiones básicas. La visita a Medina Azahara, por muy Patrimonio Mundial que sea, resulta una auténtica tortura si uno no tiene vehículo propio, por no hablar de ese centro de interpretación que se llueve cada vez que hay una tormenta.

Si uno quiere salir a la provincia, las cosas no están mucho mejor. Hacer una escapada sin tener vehículo propio a Priego de Córdoba o Zuheros, por citar dos ejemplos de municipios que aspiran también a aumentar sus flujos turísticos, resulta misión imposible. E, incluso teniendo coche, uno se lo tiene que pensar dos veces antes de poner rumbo al yacimiento arqueológico de Torreparedones, en Baena, que podría convertirse en un referente en Andalucía si las administraciones competentes apostaran, de una vez por todas, por arreglar el camino de cabras que lleva hasta el parque.

Siendo realistas, Córdoba debería encontrar sus referentes en ciudades de su tamaño que han logrado construir una propuesta turística ordenada y sostenible, como Salzburgo o Graz, en Austria; la francesa Burdeos; la italiana Ferrara; la inglesa Bath o la alemana Tréveris. Todas son Patrimonio Mundial, cuentan con aeropuertos cercanos, una red de transporte público excelente y una oferta cultural envidiable. Presumir de que somos Roma o París es como pegarse contra un muro.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios