La ciudad de Puente Genil llora la pérdida, a los 79 años de edad, de José Andrés Rivas Bachot, quien recibiera la Medalla de Oro al Mérito en el Ayuntamiento tras haber dedicado 38 años de su vida al trabajo en la institución municipal.

El Chiquito Rivas, como popularmente se le conocía, destacó desde su inicio por sus grandes habilidades para el dibujo y su destreza para conocer de las actividades más diversas, como la carpintería, la electricidad, la forja, la herrería o la calderería. Orientó su vocación hacia la rama técnica y de ingeniería, y en 1968 finalizó sus estudios en la Escuela de Aparejadores. Un año más tarde ingresó como perito del Ayuntamiento, y posteriormente superó las pruebas para convertirse en perito-aparejador, siendo una figura clave en el desarrollo urbanístico que en los años 70 comenzó del pasado siglo XX a experimentar Puente Genil.

En 2007, tras toda una vida como trabajador del Consistorio, se jubiló, recibiendo un gran homenaje de compañeros, amigos y del Pleno de la Corporación por su trabajo y esfuerzo dedicados al municipio.

Ya apartado de sus obligaciones profesionales, Rivas pasó a dedicar más tiempo a otra de sus grandes pasiones, como era la pintura. Pintó todas las iglesias y templos de Puente Genil con una calidad excepcional y también inmortalizó pasos de Semana Santa, detalles de los desfiles procesionales y aspectos de las figuras bíblicas, dejando un fantástico legado de obras en numerosas cofradías y corporaciones.

Precisamente, su vinculación con la Semana Santa también fue un aspecto primordial en su vida. Fue hermano de Los Samaritanos, pero sobre todo deja una huella profunda en la Corporación Los Jetones, a la que pertenecía desde mediados del siglo pasado. Asimismo, José Andrés Rivas participó activamente en la vida cofrade y manantera, ocupando cargos en cofradías, como la del Lavatorio, de la que fue hermano mayor, o pronunciando pregones como el del Jueves Lardero. Un hombre al que se echará muchísimo de menos. Descanse en Paz.