Campiña Sur

Montilla celebra su primera vendimia infantil: José Antonio, Loreto y otros pequeños viticultores

Vendimia infantil en la cooperativa La Unión de Montilla

Un centenar de niñas y niños y sus familias han participado este sábado en la primera vendimia infantil que se celebra en la comarca vitivinícola de Montilla-Moriles, en Córdoba, y que ha tenido lugar en la cooperativa La Unión. Hasta las instalaciones de la calle Río La Hoz de Montilla, estos días un hervidero de remolques rebosantes de racimos de uva, se han acercado los pequeños con canastas y todo tipo de tractores en miniatura para llevar el fruto. Allí han sido recibidos por el director gerente de la empresa de economía social montillana, Francisco Fernández Jurado, quien les ha explicado el proceso completo de elaboración del vino desde el momento del corte de la uva.

La actividad ha empezado en la báscula, donde todo el grupo ha resultado con un peso de 1.500 kilos, y ha continuado en la prensa, adonde los pequeños han arrojado los racimos. La carga ha arrojado 15 grados Baumé, según la medición que ha hecho Fernández Jurado sobre la marcha.

"Una cooperativa es como una gran familia, y aquí somos 1.800 hermanos", les ha explicado a continuación a los participantes, que han pasado a la zona donde se guarda el mosto, el "primer zumo de la uva". "Nosotros elaboramos y comercializamos el vino", ha contado a los pequeños, que han seguido con atención un relato que a muchos de ellos les sonaba familiar porque sus padres trabajan en la vendimia.

"Cuando estrujamos la uva, el 85% es agua y una parte importante es azúcar. De cada 100 kilos de fruta, se extraen unos 70 de vino", les ha dicho. Y se ha referido específicamente a la uva pedro ximénez, la principal de la zona y con la que se elaboran sus vinos más afamados: "Es la más dulce que existe, con 250 gramos de azúcar por cada litro de mosto". Tras "estrujarla", empieza el momento de la fermentación: "En el mosto hay unos bichitos que se llaman levaduras y que son las que generan el alcohol cuando se comen los azúcares", ha narrado.

La primera uva de la actual campaña entró en la cooperativa el 12 de junio, unos 14 días antes que el pasado verano, y a los 20 días ya se han formado los primeros vinos, por lo que se pueden probar. Los niños, por supuesto, no los cataron, pero sí tuvieron la oportunidad de beber el mosto recién exprimido, y no faltaron las caras raras porque nada tiene que ver con el zumo de uva que se comercializa ultraprocesado y envasado.

Entre los participantes estaban José Antonio y Loreto Moreno, dos hermanos mellizos de 4 años que viven en la Sierra de Montilla. "Para ellos, esto es un juego porque desde muy chicos los tractores les fascinan. Durante la pandemia, esa afición se acentuó, y eso que en casa no hay tractor", ha bromeado su madre, Loli Montes. "Cuando veían revistas de juguetes, no pedían bicicletas ni patinetes, sino tractores, así que el año pasado se los trajeron los Reyes", ha contado. "Para ellos, esto es un juego, pero quieren hacerlo igual que los adultos. Con los guantes, los sombreros, los tractores... y la uva", ha contado la mujer mientras los dos niños paseaban sus relucientes tractores verdes con total maestría por el patio de la cooperativa.

El año pasado, en plena vendimia, los pequeños llenaron sus pequeños remolques de racimos y "se emborricaron" para llevarlos a la cooperativa. Fue el germen de la primera vendimia infantil, que ha culminado con un desayuno molinero

"El campo es duro y se está perdiendo porque hay otros trabajos más fáciles. Siento que es el último recurso al que acude la gente cuando no hay otra cosa. Para que les guste tienen que vivirlo desde muy pequeños", se ha expresado la madre de los pequeños, también viticultora, sorprendida por el "mogollón" de participantes en esta primera vendimia infantil. "Mis niños prefieren el campo antes que el parque. Se sienten más libres", ha confesado.

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