La Litoteca de Peñarroya-Pueblonuevo, el cofre de los mayores tesoros geológicos de España

Investigación

Desde su fundación en 1988, este centro ha gestionado más de 13.600 sondeos de toda la geografía española para su preservación y estudio

La Litoteca de Peñarroya-Pueblonuevo que esconde los mayores tesoros geológicos de España, en imágenes

Clemente Molina posa en la planta alta del almacén de la Litoteca.
Clemente Molina posa en la planta alta del almacén de la Litoteca. / Juan Ayala

Peñarroya-Pueblonuevo/No todo tiene que estar en Madrid pese a ser esta la capital del país. Hay infraestructuras de entidades importantes que, de hecho, están ubicadas en otras ciudades del territorio nacional. Una de las más desconocidas y sorprendentes es la Litoteca de Peñarroya-Pueblonuevo. Ubicada en el polígono industrial de la Papelera, a las afueras de esta localidad cordobesa de más de 10.000 habitantes, esta instalación de más de 8.000 metros de amplitud esconde el cofre de los mayores tesoros geológicos de toda España.

Un claro ejemplo de descentralización que ha funcionado con éxito desde su fundación en 1988. La Litoteca de Peñarroya-Pueblonuevo, además de ser la única de España de estas características, es una infraestructura científico-técnica creada por el Instituto Geológico y Minero de España (El IGME, con 175 años, es el segundo servicio geológico más antiguo del mundo después del británico) en la que se almacenan y ponen a disposición para su estudio sondeos de todo tipo de suelos.

Estos sondeos proceden en su mayoría de investigaciones relacionadas con la exploración de recursos geológicos y de investigaciones de geología regional. De los miles que hay en este centro almacenados, de hidrogeología son el 44%, de materiales metálicos el 37%, de carbón y de recursos industriales el 5%, de hidrocarburos el 4%, de minerales no metálicos el 3% y con tan solo un 1% están otro tipo de muestras de geología, biología, geotermalismo, geotécnica, uranio, gas y arqueología.

¿Y para qué sirve la Litoteca de Peñarroya? Tiene varias funciones: preservar, catalogar y gestionar los sondeos y las colecciones científicas de muestra desde roca, láminas delgadas o levigados; servir como centro de investigación, consulta y estudio de las muestras del fondo documental; proporcionar la ayuda y el asesoramiento técnico necesario para el estudio y muestreo de estas colecciones; y servir como centro de referencia en la divulgación, difusión y formación a grupos de investigación, empresas, entidades educativas y organismos públicos en los campos de la exploración del subsuelo.

36 años después de su creación, la Litoteca ya almacena más de 13.600 sondeos de absolutamente toda la geografía de España. Aunque lo que principalmente aguarda para su estudio sean sondeos relacionados con la investigación minera, hay desde rocas sedimentarias a cualquier otra variedad. Y es que, como recalca uno de los empleados de la Litoteca, Clemente Molina, "todo lo que está debajo de tierra se considera patrimonio". Toda la razón, pues dichos sondeos son imprescindibles para obtener información de los suelos y construir posteriormente cualquier tipo de infraestructura o conservarlos en el fondo documental para su investigación. Por ejemplo, buscar un acuífero para hacer un pozo, realizar un estudio completo de un suelo determinado o delimitar cualquier tipo de explotación.

Clemente Molina muestra a 'el Día' uno de los sondeos del taller de testificación.
Clemente Molina muestra a 'el Día' uno de los sondeos del taller de testificación. / Juan Ayala

Conseguir estos sondeos es muy costoso. Sacar cada metro tiene un precio de unos 150 euros y la Litoteca conserva una muestra de 5.887,5 metros de profundidad de Vitoria y otra de 5.815 metros de Navarra (tanta profundidad se utiliza para obras de gas e hidrocarburos), lo que supone un coste casi millonario. Eso sí, estos sondeos están almacenados en frascos, pues al ser tan profundos son extraídos por la técnica del granulado, más barata y que consiste en machacar con un tricono la roca para su posterior estudio.

Además, previamente hay que hacer un estudio geofísico para descubrir si hay algo digno de investigar en el subsuelo y entonces se procede a obtener el sondeo, que es "el método más fiable". La forma más habitual de obtener estos sondeos es mediante la perforadora con testigo continuo. Esta maquinaria pesada hecha con vidia y diamante industrial para que no se funda en el subsuelo tiene un sistema de perforación de varillas que va rotando y sacando el sondeo lentamente.

Estos sondeos se sacan con forma cilíndrica, pueden tener diferentes diámetros y una composición que varíe a lo largo de su longitud, de ahí que estén marcados por metros. La información de cada muestra junto a sus análisis químico queda guardada en un expediente que acompaña al sondeo en su almacenamiento en cajas. Es a partir de ahí cuando entra en funcionamiento la Litoteca. Uno de sus espacios es un gigantesco almacén repleto de palés en los que, ordenadamente, se disponen centenares de esas cajas que guardan los sondeos. Llegan procedentes de todos los rincones de España e incluso muchos son recogidos en mano por los propios empleados del centro en distintas localidades de la geografía española.

En esa enorme nave, utilizada como taller de testificación, la Litoteca realiza una primera ubicación de cada sondeo. Por ejemplo, uno de los que hay ahora mismo es el Marton 1, sondeo procedente de Zaragoza con 804 metros de profundidad y cuya investigación es necesaria para el almacenamiento de gas. En otra sala anexa las muestras pasan por la cortadora de rocas y testigos y el cajón de decantación. Otra de las salas es el área de trabajo, donde se lleva a cabo el proceso de catalogación de proyectos que tengan especial relevancia. Actualmente, por ejemplo, uno de ellos es el Navas SN-4, procedente de Cañaveral, en Cáceres. Esta muestra tiene presencia de litio, elemento químico cuyo estudio es esencial para el desarrollo de baterías y de energías renovables.

Una plataforma multisensorial única

La Litoteca de Peñarroya-Pueblonuevo dio un paso de gigante cuando adquirió en el 2022 la plataforma multisensorial Box Scan, de las que solo hay dos en Europa. Esta costosa herramienta permite medir sondeos y muestras de manera no destructiva, es decir, sin pulverizarlas. En su interior contiene un analizador de fluorescencia con rayos X y radiación breve; un sensor de susceptibilidad magnética; un sensor espectral para conocer los colores de la mineralogía; un perfilador láser para identificar las fracturas y microfracturas; y una cámara con 40 píxeles por segundo.

Javier González maneja la plataforma multisensorial.
Javier González maneja la plataforma multisensorial. / Juan Ayala

El encargado de utilizarla es Javier González, que se ha tenido que formar durante varios meses para ponerla en funcionamiento. A través de la pantalla, Javier activa el mecanismo: un barrido completo a cada sondeo por cada uno de los sensores. Tras este barrido, Javier recibe en su ordenador imágenes perfectas de la muestra con toda la información y él selecciona las posiciones del sondeo en las que quiere tener más información para saber, por ejemplo, qué composición tiene un tramo de sal. Así obtiene todos los datos necesarios de la pieza: color, magnetismo, valores geoquímicos, material, etcétera.

Uno de los trabajos más reconocidos realizados en los últimos años ha sido el relacionado con los sondeos tras la erupción del volcán de La Palma en 2021. La labor de la Litoteca en el estudio del suelo a partir de los sondeos recibidos sirvió para unir dos poblaciones que la lava había dejado incomunicadas, y, a partir de la información recogida, se construyó una carretera. Allí, de hecho, se envió una importante unidad de geólogos para estudiar todos los datos.

Documentación digitalizada

En el área de trabajo, en una sala colindante a la plataforma multisensorial, se halla la mesa de trabajo de esta Litoteca. Aquí, Clemente Molina realiza una ardua labor: digitalizar toda la documentación que este centro ha almacenado y sigue almacenando durante años. En otras palabras, en esta área tratan de llevar los planos geológicos antiguos a la web con mucha más calidad e información. Un sistema de mapas y georeferencias con coordenadas que tiene como objetivo prestar el servicio público a cualquier investigador o individuo que solicite la información.

Estos expedientes -que siempre están abiertos a mejorar- están almacenados de forma digital en la nube del Instituto Geológico y Minero de España. En los últimos dos años, la Litoteca ha dado coordenadas a más de 700 sondeos. En cada uno aparece una conclusión sobre el estudio del levantamiento de cada sondeo: es una fotografía que indica todos los fallos que hay en el suelo dependiendo de la profundidad. Los resultados de este servicio de consultas telemáticas sirven, por ejemplo, para conocer la historia de un suelo determinado, para que una estructura de gas sea estable, para hacer un estudio minero o para cualquier investigación, ya sea empresarial, académica o de un particular.

Todavía queda por hacer gran parte de trabajo de digitalización. Y es que, son miles los datos y muestras, desde sondeos a mapas, cartografías, planos y otros documentos gráficos de interés que almacena la Litoteca de Peñarroya-Pueblonuevo. La gran mayoría de ellos se encuentran guardados a buen recaudo en la nave más valiosa de todo el centro y que es el mayor símbolo. La sala central, donde antiguamente se ubicaba la entrada principal de la Litoteca, es una nave centenaria declarada como Bien de Interés Cultural (BIC) que fue en su día la fábrica de papel de la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya (SMMP)

La nave central de la Litoteca vista desde la planta alta.
La nave central de la Litoteca vista desde la planta alta. / Juan Ayala

Su distribución es similar a la de un museo. Dividida por pasillos y con dos plantas, en sus enormes estanterías aguardan debidamente catalogados más de 100.000 cajas que contienen todo tipo de información geológica de los distintos suelos de todo el territorio nacional. Eso sí, como admite Clemente, en esta nave no cabe nada más, está al 100% de su capacidad. Pese a ello, su uso es muy valioso, pues se trata del mayor archivo de documentación de recursos geológicos y de exploración del subsuelo de España. Allí mismo, entre estanterías, los investigadores montan sus propios estudios cuando tienen un arduo trabajo que realizar.

En esta sala están Rafaela Fernández y Remedios Rodríguez actualmente haciendo un proyecto de investigación europeo sobre los recursos minerales que se pueden explotar en España con el fin de, en el futuro, recuperar la minería y no depender de países vecinos para contar con dichos recursos que tienen potencial económico y productivo como son, por ejemplo, el mercurio y el antimonio. Así lo explican ambas investigadoras, que llevan ya un año involucradas en este proyecto y conviviendo entre mapas de todo tipo, muchos Excels y centenares de sondeos.

"La Litoteca de Peñarroya es el mayor repositorio público de muestras del subsuelo de España". Es el eslogan que utiliza el centro para darle promoción. Desde hace varios años, aproximadamente el 2019, la Litoteca está desarrollando una campaña de divulgación de su labor para que colegios, institutos y universidades conozcan el centro y la geología. "Queremos visibilizar el trabajo que se hace a diario", señala Clemente Molina, quien explica que durante años, la Litoteca estuvo gestionada por tres personas.

A día de hoy, son nueve personas quienes trabajan en este centro: Juan Pedro Blanco, Javier González, Álvaro Martínez, Clemente Molina y Javier Muñoz, además de Antonio Bretones, Rafaela Fernández, Remedios Rodríguez y Patricia Tena en diversos planes de investigación. Como "una gran familia", todos completan una labor diaria que desde Peñarroya-Pueblonuevo es esencial para completar importantes proyectos en España a partir de la geología.

stats