ESCÁNDALO, es un escándalo! En poco menos de cinco meses, el grupo popular en la Diputación ha vuelto a darle al play a los grandes éxitos de Raphael. Si entonces fue por la contratación, según ellos, "a dedo" de la empresa de la familia de un diputado socialista para las actuaciones de la caseta que la institución tenía en la Feria de Córdoba, en esta ocasión ha sido porque aseguran que el equipo de gobierno de Francisco Pulido gasta una media de unos 2.000 euros al día en publicidad y propaganda en época de vacas destinadas a la anorexia. "Y mientras, los cordobeses pasando necesidades", sentencian como coletilla en un alarde de lo que los socialistas tildarían de demagogia oportunista.

¡Escándalo, es un escándalo!, claman un día sí y el otro también a ritmo de pequeños tamborileros [ropopompón] los diputados del PP Luis Martín y Andrés Lorite para insistir además en que el crecimiento de las tasas provinciales del agua y de la basura para 2009 debe ser de cero absoluto para que las cuentas corrientes no se resquebrajen hasta hacer crack.

No obstante, los hombres de Paco (Pulido) están convencidos de que los populares no tienen el corazón En carne viva preocupados por el asunto de las crisis económicas de otros, sino que, Digan lo que digan, ese es el papel que les ha tocado jugar como oposición y que otro gallo cantaría si fueran los propios señores de la gaviota los que tuvieran que diseñar lo que hay que gastarse en publicidad y cuánto hay que subir las ordenanzas.

Yo soy aquel que si me vuelves a poner a huevo algún asunto que no me cuadra te lo denuncio, parecen continuar clamando los discípulos de Rajoy un día sí y el otro también con un "menos política del canapé, señor Pulido, que anda que las comilonas que se pegan los socialistas y las dietas que se gastan". Total, que si por ellos fuera el almuerzo que ofrece la Diputación a la prensa cada año por Navidad -como El Almendro- sería a base de que cada uno de los invitados, los miembros de la Corporación provincial y los trabajadores de la propia Diputación llevara de su casa a esa cita el tapperware repleto de tortillas de patatas y de huevos rellenos, entre otros típicos alimentos perolados. Y todo ello aliñado con unas buenas latitas de Aquarius, pero, a ser posible, de marca blanca, que son más baratas. Por cierto, en las catas de pedro ximénez y otros caldos de Montilla-Moriles se podría rebajar el vino con agua para que así hubiera mayor cantidad a menor precio. Porque, Que sabe nadie, ¿quién lo iba a notar?. Además, si Manuel Chaves u otro miembro del Gobierno andaluz visita el Palacio de la Merced que cada diputado del equipo de Pulido acuda con ingredientes para hacer una paella y se le demuestra así lo que de verdad es austeridad. Ah!, para decorar todas estas convivencias gastronómicas -que bien se podrían cerrar con todos los comensales cantando con las manos unidas el al mundo entero quiero dar un mensaje de paz...-nada mejor que las guirnaldas, farolillos y banderitas que hacían lo propio en la caseta de la feria capitalina. Lo dicho, pura austeridad.

Eso sí, con tanto play popular a los grandes éxitos de Raphael y en un alarde de unirse al enemigo, lo que no debe faltar en esos saraos son los clásicos del sexagenario cantante de Martos palmeados hasta por Pulido y con el sabor que debe dejar una buena lata de Aquariuuuuuuuuus.