Puerto del Calatraveño

El anhelado sueño de los gnomos

  • La Junta ha anunciado por enésima vez una fecha de apertura para el jardín micológico de Priego. El delegado de Medio Ambiente, Luis Rey, prevé ahora que se podrá visitar a principios de año

SOY un gnomo, y en el jardín micológico creo que seré feliz / a ver si me lo acaba la Junta de una vez para poder en él vivir. David el gnomo ya está desesperado, muy desesperado. Empieza a pensar que a él le está también pasando factura la crisis de la construcción. Hace ya un año que le prometieron por última vez que la Consejería de Medio Ambiente le tendría ya preparado su retiro y el de su querida esposa Lisa en el jardín micológico de Priego de Córdoba y hasta ahora nada de nada, como si estuviera esperando una vivienda de protección oficial en tiempos de recesión. El diminuto ser de capirote nazareno ha escuchado demasiadas veces con verdadera pasión la misma promesa del "en unos meses lo tienes listo" y el espíritu de Santo Tomás [no Delgado] del si no lo veo no lo creo ha acabado por hacerse carne en él. La última vez, hace tan sólo unos días y de boca del promotor medioambiental Luis, el rey -no de los gnomos, precisamente-. La persona delegada provincial de ese asunto medioambiental dio una nueva probable fecha de apertura, el próximo enero, y ahora vuelve a poner a prueba su paciencia preparando su tarjeta 65 para obtener las ventajas económicas del jubilado en su viaje al corazón de la Subbética.

Y es que el más que centenario pequeñín -las crónicas gnómicas hablan de que tiene casi 400 abriles- está convencido de que será feliz en Priego de Córdoba, un municipio en el que se escuchó hace 40 años una saeta de un -también diminuto- ruiseñor -que más tarde se hizo mercenario en el Congo- y que está tan acostumbrado a homenajear por todo lo alto a ídolos que viven ausencia de centímetros -como él- o representantes de la arqueología cinematográfica más profunda, como ya ocurrió con ese otrora niño cantor Joselito, al que se le dio un homenaje por todo lo alto y se le levantó una estatua en el balcón del Adarve. Total, que al gnomo no le extrañaría nada que acabaran nombrándole hijo predilecto y dedicándole una calle en el propio jardín micológico.

Ahora que parece que de nuevo tiene cerca su sueño de retirada idealmente celestial, David también entrena de nuevo una y otra vez la ceremonia de la inauguración del complejo frotándose reiteradamente la nariz con Lisa y escuchando el Nomor lonely nights [gnomos en las noches solitarias] del ex beatle Paul McCartney.

A esa inauguración [representada en la fotografía tipo Regreso al Futuro que ilustra este artículo o como le quieran llamar] no deberá faltar ni el pequeño ruiseñor ni otra persona con tampoco demasiados centímetros que durante muchos años dirigió alcaldablemente los destinos de Priego, Tomás Delgado. Obviamente, estará seguro el rey en esto del tema medioambiental Luis.

Mientras entrena y entrena, el simpático abuelete se imagina haciendo de cicerón para los numerosos niños llegados de todos los puntos de Córdoba y de otros lugares que se espera que visiten un pequeño Edén, ubicado concretamente en la aldea de Zagrilla Alta, y en el que los rascacielos serán más de un centenar de especies de setas y hongos distintos. El anciano de apenas 15 centímetros ya se ve recorriendo el jardín a lomos de su inseparable lobo Swift y recordándole a los pequeños que soy un gnomo y en el jardín micológico soy feliz, que sigue siendo siete veces más fuerte que tú y veloz y que siempre está de buen humor. Paciencia, David.

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