HEMOS sabido esta semana que en España hay más de 1.300 grandes presas que forman 1.150 embalses con una capacidad de 56.000 hectómetros cúbicos que permiten abastecer al 85% de la población. También hemos conocido que estos datos sitúan a nuestro país en el quinto puesto del mundo -después de China, Estados Unidos, India y Japón- con mayor número de este tipo de infraestructuras y que si nos faltaran tan sólo habría agua para cubrir el 10% de las necesidades del país. Lo ha dicho en Córdoba José Polimón, presidente del Comité Nacional de Grandes Presas, un colectivo integrado por técnicos cuya actividad profesional está relacionada con la promoción, el proyecto, la construcción, la explotación, el mantenimiento, la rehabilitación y la seguridad de los pantanos.

Ese comité hace ya 75 años que es el núcleo impulsor de las tecnologías españolas que han dado como fruto la puesta en servicio de un millar de embalses, algunos de ellos inmortalizados en el momento de su inauguración por las cámaras del añejo Noticiario Documental -familiarmente NO-DO- en fotogramas en el que Francisco Franco -o quién sabe si su doble- era la estrella, querida u odiada a partes iguales, por quienes tenían que digerir la película a blanco y negro antes de la apetecible y esperada sesión de John Wayne o Cary Grant.

Tras las insistencias del Comité Nacional de Grandes Presas sobre la necesidad de construir medio centenar más de pantanos a medio plazo para evitar que los fenómenos que ahora se relacionan con el cambio climático se conviertan en graves problemas, uno tiene algo más claro que los responsables de la obra pública del siglo XX en España hicieron sus deberes con nota. De todas las levantadas, tan sólo la de Tous (Tarragona) y la de Vega de Tera (Zamora) acabaron en tragedia por errores humanos en su construcción. De lo ocurrido con la segunda, al igual que del baño del por entonces ministro Manuel Fraga en Palomares con su bañador afaldonado, también dio buena cuenta el NO-DO preparándole el cuerpo al respetable para luego vivir, entre otras, las hazañas de un Rodrigo Díaz de Vivar con cara de Charlton Heston acurrucado en los brazos de una Doña Jimena con faz de Sofía Loren.

Los tiempos del blanco y negro franquista ya están teñidos por el sepia del paso del tiempo y los pantanos siguen construyéndose e inaugurándose con una repercusión mediática que nada tiene que ver con ese NO-DO que una vez sirvió de prólogo a las historias tópicas y típicas tan de la época vividas por el españolito emigrante del Vente a Alemania, Pepe. Actualmente, hay 30 embalses en construcción -entre los que se encuentran el cordobés de La Breña II- y desde el Gobierno se insiste en que son necesarios muchos más, aunque no tan faraónicos, para que los tiempos de sequía y de inundaciones que se esperan antes de lo que muchos piensan no provoquen crisis hídricas que hagan echar de menos esos años en los que los pantanos eran coprotagonistas de mensajes en un Noticiario Documental padre del Telediario y que teloneaba a Gregory Peck surcando el océano como capitán Acab poseído por las ganas de atrapar a la gran ballena blanca, Moby Dick. La inauguración de los nuevos a lo mejor ni siquiera saldrán en cadenas de televisión, pero no se echará de menos el NO-DO.