Historias

Un agricultor de Montilla construye un Fórmula 1: “He tardado tres años y medio. Se pone a 250 kilómetros”

  • José Luis Casas, un mecánico autodidacta de 45 años, replica el McLaren que Fernando Alonso estrenó el año de su fichaje

  • Ha comprado sus propias herramientas, como torno y grúas, para fabricar desde cero el chasis y la carrocería

José Luis Casas, junto a su vehículo.

José Luis Casas, junto a su vehículo. / El Día

José Luis Casas, un agricultor de Montilla (Córdoba) de 45 años, siempre ha querido ir a más velocidad de lo que le permiten los tractores y las cosechadoras. Y ahora está a punto de cumplir su sueño. Con sus propias manos ha construido desde la nada, sin ninguna formación y en su cochera, arrancando horas al tiempo de las cosechas, a la vendimia y a la aceituna, un Fórmula 1 a tamaño real: “He tardado tres años y medio. El coche puede alcanzar los 250 kilómetros por hora, aunque no lo pisaré tanto”, dice bromeando, y con orgullo, mientras da los últimos retoques a un vehículo en el que lo ha hecho absolutamente todo.  

Y no es un coleccionable, no. Ni las piezas le han llegado preparadas. Las ha tenido que construir una a una. Desde las tuercas y los tornillos hasta la carrocería, que ha aprendido a modelar desde cero. La pregunta es: ¿cómo se consigue esto? 

“Hace 20 años empecé a hacer el primero. Era pequeño, con un motor de ciclomotor. Tomaba las medidas de algún coche que me gustara y lo reproducía a una escala pequeña, tipo car cross, en el que yo pudiera subirme y conducirlo”, dice. Sus amigos, claro está, alucinaron cuando vieron el vehículo ponerse en marcha en su olivar de la Cañada del Mimbre esquivando los árboles, junto a la carretera que va hacia Cabra y Carteya. Poco a poco, la flota empezó a crecer: “Construí más, hicimos un circuito y competíamos los fines de semana”, dice. 

La afición de José Luis, que es autodidacta, pronto lo llevó más lejos. “La Fórmula 1 siempre me ha gustado y Fernando Alonso es mi gran referente. Pero yo de esto no tenía ni idea, así que me he tenido que esforzar al máximo para hacerlo bien”, dice. Porque, cuando Alonso fichó por McLaren, el aficionado montillano tuvo claro que tenía que reproducir aquel coche soñado: el MP422 de 2006 que el asturiano condujo en el estreno en la escudería. “Tuvo sus rifirrafes con Hamilton, y al final el pique fue tan grande que ninguno ganó”, recuerda con algo de sorna.  

A Casas, sin embargo, la temporada no le decepcionó. Todo lo contrario. Aquí empezó su gran reto de reproducir un monoplaza de carreras, y en esta ocasión en tamaño real. “Primero de todo saqué las medidas, las más esenciales, con ayuda de internet. El ancho, el largo y la altura”, explica por si alguien se anima a seguir sus pasos.

Así, poco a poco, construyó el chasis, fabricó las piezas e incluso hizo la carrocería, compuesta por diez piezas en total, una labor muy compleja a la que le ha dedicado meses. Primero hizo en corcho la forma del vehículo, luego cortó las piezas e hizo una especie de negativo en escayola. Por último, aprendió a trabajar las planchas de fibra de vidrio, pequeñas capas que hay que modelar hasta lograr las formas sugerentes y aerodinámicas de la Fórmula 1, y darles el toque final con lija y pintura especializa. “Los originales son de fibra de carbono, pero el coste de ese material es altísimo”, compara. Y, lo más importante, el motor, perteneciente a una Yamaha R1 de 150 caballos.

Subido en el monoplaza de carreras. Subido en el monoplaza de carreras.

Subido en el monoplaza de carreras. / El Día

Para conseguir todo esto, ha tenido que comprar su propio material, como tornos para hacer las “roscas interiores” y “algunas partes muy complejas” de la mecánica. También se agenció un par de grúas para levantar la carrocería sin dañarla, pues “es muy pesada”.  

Y así, poco a poco, aplicando lo que aprendió de mecánica agrícola de su tío, Rafael Tejada, ahora recién jubilado, con un empeño inquebrantable y mucha inquietud, ha construido su sueño. “Al principio le dedicaba menos tiempo, solo los días que llovía, y los veranos le daba un tironcito más grande. Pero en estos últimos tiempos, también por las tardes, después del trabajo, y los domingos. No sé cómo me he apañado, con toda la tierra que llevo. Es un esfuerzo importante”, reconoce. 

Al McLaren Casas, reluciente en la cochera, le faltan pequeños detalles para que pueda arrancar el motor. “Todavía tienen que llegar las ruedas. Pueden tardar una semana o diez días, no creo que más. Y hay que montar el morro y los alerones. Poco más”, enumera mientras llega ese momento tan esperado. ¿Qué hará entonces? ¿Adónde irá? “El coche no tiene papeles, así que no puede conducirse por el pueblo. Lo montaremos en un remolque y lo llevaremos a un circuito. Y llamaré a Manolo Bellido, que me saque en Canal Sur”. 

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