La Virgen de Araceli bendice desde Lucena los campos andaluces para que llueva

Subbética

Medio millar de personas participa en una jornada muy especial en el santuario de Aras

La Virgen de Araceli, durante la eucaristía de rogativas de lluvia.
La Virgen de Araceli, durante la eucaristía de rogativas de lluvia. / El Día

Cuando daban las 08:45 del domingo, unas 100 personas iniciaban el camino de peregrinación hasta el real santuario diocesano de aras para pedir a la patrona de Lucena y del campo andaluz la lluvia necesaria para acabar con la sequía que asolaron los campos andaluces.

Por el camino se celebró un Vía Lucena con estación en las distintas cruces que recorren el camino hasta la cima aracelitana. Como estaba previsto, minutos antes de las 11:00 miembros de la junta de gobierno y la vocalía de juventud de la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli sacaban hasta la puerta de la ermita a la Virgen sobre el trono de la Aurora hasta la puerta de la ermita.

Vestida con la saya de las cintas, el manto de terciopelo azul y las coronas de calabaza, la Virgen de Araceli presidía la celebración que comenzó con el rezo del Rosario, seguido del Ángelus y posteriormente con la celebración de la Eucaristía de Rogativas a la patrona de Lucena presidida por el vicario espiscopal de la Campiña, Jesús María Moriana Elvira, y el acompañamiento musical del Coro de la Parroquia de Santo Domingo. Una eucaristía en la que se pidió a la Virgen que provea a los campos de suficiente agua para paliar la sequía.

Finalizada la eucaristía, y tras rezar la Salve y cantar el himno a María Santísima de Araceli, nuevamente la junta de gobierno y la vocalía tomaron a la Virgen bajo sus hombros para bajar la escalinata de acceso al santuario y, al llegar a la explanada, fueron los devotos aracelitanos quienes abrazaron los varales del trono para recorrer los alrededores del santuario en oración de rotativas en la que se sucedieron los cantos a la Virgen con el rezo de la Salve y las oraciones pidiendo que comiencen las lluvias.

El recorrido alrededor de la ermita se detuvo en los cuatro puntos cardinales en los que se giraba a la sagrada imagen para que bendijeran los campos. En este momento, el vicario episcopal de la Campiña oraba a la patrona de Lucena y del campo andaluz implorándole “tu intercesión ante tu Hijo para que las aguas del cielo rieguen los campos, que la lluvia sea para todos nosotros el signo de tu gracia y bendición. Así Dios nuestro, confortados por tu misericordia, te rendimos gracias por todo don de la tierra y del cielo, con que tu Espíritu satisfaga nuestra sed”.

Al finalizar el recorrido, el vicario episcopal de la Campiña rezaba la oración de San Pablo VI para pedir la lluvia en la que pedía a Nuestro Señor “compasión de cuantos sufren durante la sequía en estos días, escucha con bondad las oraciones que tu Iglesia te dirige con confianza, como escuchaste las súplicas del Profeta Elías, que intercedía a favor de su Pueblo. Haz que caiga del cielo sobre la tierra árida, la lluvia tan deseada, para que renazcan los frutos y se salven los hombres y los animales, que la lluvia sea para nosotros el signo de tu gracia y bendición”.

Concluida la oración, miembros de la junta de gobierno y la vocalía de juventud tomaban sobre sus hombros a la Virgen de Araceli para llevarla hasta el interior del templo, donde la madre recibió la visita de sus fieles.

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