El Tribunal Supremo ha dado carpetazo al largo litigio de la Asociación de Abogados Cristianos contra el Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera a causa del derribo de la cruz del llanete de las Descalzas en enero de 2021. El Consistorio, gobernado por Izquierda Unida, adoptó esta decisión en aplicación de la Ley de Memoria Democrática y con la salvaguarda de la Consejería de Cultura, al encontrarse este elemento en un espacio protegido como Bien de Interés Cultural (BIC). El crucero eliminado se erigió en 1939 y carecía de valor artístico. 

La polémica no tardó en llegar, avivada por imágenes de la cruz, entre escombros, en un centro de recepción de material de obra. Abogados Cristianos llevó la resolución del Ayuntamiento ante del Juzgado de lo Contencioso, que le dio la razón a la Administración; recurrió a continuación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), con pronunciación también a favor del Consistorio, y por último acudió en casación ante el Supremo, con idéntico resultado.

Según la providencia del alto tribunal, fechada el pasado mes de julio y a la que ha tenido acceso El Día, la inadmisión a trámite se produce por dos motivos. En primer lugar, por "falta de fundamentación suficiente y singularizada", y en segundo lugar por "carencia de interés casacional". 

Como resultado, la resolución impone a Abogados Cristianos como parte recurrente las costas procesales, fijadas en 1.000 euros, en favor del Ayuntamiento. La resolución es firme.

Una cruz de mármol en el mismo lugar

Desde el primer momento, la alcaldesa aguilarense, Carmen Flores, ha defendido que la retirada de la cruz no supone un ataque a un símbolo religioso, sino una medida en aplicación de la Ley de Memoria Democrática. De hecho, el Ayuntamiento instalará en la histórica plazuela una nueva cruz. En esta ocasión, será un monumento de forja y mármol que sufragará la Agrupación de Cofradías y que se instalará aprovechando la reforma integral de la calle Moralejo.

Según detalló en su momento la Agrupación de Cofradías, “la intención de recuperar ese símbolo religioso tiene tres grandes finalidades”. Por un lado, “tener un altar donde comenzar la estación de penitencia y el Vía Crucis de Cuaresma como es tradicional”; por otro, “un lugar donde acudir las cofradías a rezar cada Semana Santa”, y por último, “como homenaje y recuerdo en este 350 aniversario fundacional del convento de San José y San Roque”.

Para el proyecto, los miembros de las hermandades y cofradías determinaron que fuera un artista local y apostaron por Rafael Llamas, quien diseñó una cruz de forja de unos dos metros de altura sobre un pilar de mármol que ascenderá la cruz a cuatro metros de altura. Servirá como “símbolo de la fe y de los cristianos de Aguilar”.

Será ejecutada por Antonio Cecilia, mientras que el basamento de piedra y mármol lo realizará la empresa local Mármoles Morillo. La financiación de la cruz corre por cuenta de la Agrupación de Cofradías.