Vega del Guadalquivir

Palma del Río recuperará dos torres del siglo XII de su antigua muralla almohade

  • Los trabajos salen a licitación por un importe de 103.000 euros y un plazo de ejecución de cuatro meses

  • En la calle Presbítero, el monumento se ‘adelgazó’ para que pasaran los coches

Torreón de la calle Fuentecilla de los Frailes, en Palma del Río.

Torreón de la calle Fuentecilla de los Frailes, en Palma del Río. / El Día

La muralla almohade de Palma del Río, declarada Bien de Interés Cultural (BIC), va recuperando poco a poco su antiguo esplendor. El Ayuntamiento acaba de sacar a licitación las obras de restauración y recuperación de dos torreones del recinto fortificado, las ubicadas en las calles Presbítero José Rodríguez y Fuentecilla de los Frailes, ambas del siglo XII y que actualmente se encuentran en muy mal estado de consevación, con un evidente deterioro. El importe de los trabajos asciende a 103.000 euros y el plazo de ejecución se prolongará durante cuatro meses, según recoge el expediente que puede consultarse en la plataforma de contratación del Consistorio.

El núcleo originario del municipio del Palma del Río lo constituye su recinto amurallado, que consta de dos estructuras diferenciadas: la Alcazaba, de posible origen almorávide, y la cerca que rodea la villa, de construcción almohade. Los flancos sur y oeste están menos fortificados, ya que lindan con el antiguo cauce del río Genil. El anilllo fortificado contaba con dos accesos protegidos al Norte y el Este, en cuyo interior se encontraban la medina y la mezquita (actual iglesia de Santa María).

Los lienzos de muralla, que se elevan entre seis y ocho metros, tienen un adarve protegido de forma discontinua por torres de planta rectangular de unos 12 metros de altura. Son macizas hasta la altura del adarve, a partir del cual se alza mediante tapia en aparejo y ladrillo. Desde el adarve se tiene acceso a través de una bóveda a la cámara destinada al cuerpo de guardia, cubierta por una cúpula; una escalinata permite salir a la terraza. Dos de estos torreones son los que ahora se van a recuperar.

El de la calle Fuentecilla de los Frailes tiene la peculiaridad de que se encuentra en el interior del colegio de la Inmaculada Concepción, un centro privado concertado. Adosado al monumento se encuentra una de las puertas de acceso al centro, y también existen alicatados y parterres, elementos que ahora se retirarán. La torre en sí tiene una altura de 12 metros y su revestimiento interior, enlucido fino de cal, muestra representaciones pictóricas de galeras y diversos símbolos medievales, incisos posiblemente en fresco, además de pintadas contemporáneas en lápiz de grafito fechadas en 1916. 

En el monumento se acumulan la suciedad, las erosiones y las grietas, describe el expediente, y el piso se encuentra colmatado de polvo y detritus. En este caso, el acceso solo puede realizarse a través del adarve, que llega al torreón "en condiciones poco idóneas y carentes de seguridad", según reconoce el propio expediente. En esta torre, además, destaca la instalación en su terraza de una base de hormigón que sustentó un antiguo depósito de agua, que se eliminará.

Como curiosidad, y pese a las distintas modificaciones sufridas a lo largo de los siglos, este torreón conserva en la terraza los aliviaderos originales de agua, uno de los cuales se encuentra rematado con una gárgola escultórica de piedra caliza arenista muy erosionada, pero que sugiere un motivo animal. Los próximos trabajos de restauración permitirán su consolidación.  

Torre de la calle Presbítero José Rodríguez. Torre de la calle Presbítero José Rodríguez.

Torre de la calle Presbítero José Rodríguez. / El Día

El torreón de la calle Presbítero José Rodríguez también presenta evidentes problemas y uno de los más evidentes es la pérdida de masa tanto en la cubierta como en la parte baja, que en su momento se socavó para permitir el paso de vehículos rodados. Como resultado, la geometría original se ha desdibujado de manera evidente y ha puesto en riesgo el propio monumento, pues han aparecido grietas de gran tamaño en la cámara superior. Es algo que la próxima intervención quiere corregir.

En cuanto al interior, los paramentos sufren deterioros superficiales, suciedad y pintadas. El suelo de la habitación, además, está cubierto de polvo y detritus. Respecto a la terraza, ha perdido el pretil y acumula depósitos de tierra de unos 15 centímetros de espesor, donde han enraizado las plantas con la consecuente retención de humedad.  

La concejala de Desarrollo, Cultura y Turismo, Ana Belén Corredera (PSOE), ha subrayado el "compromiso del equipo de gobierno por la recuperación del patrimonio histórico artístico" de la ciudad como una "apuesta de futuro". La responsable municipal, además, ha animado a "todas las empresas" a presentarse al concurso público, que se mantiene abierto hasta el próximo 17 de noviembre.

En los últimos años, el Ayuntamiento ha llevado a cabo otras actuaciones destacables en el monumento, como la demolición de varias edificaciones adosadas, la rehabilitación de la capilla de las Angustias, la pavimentación del recinto interior del recinto amurallado o la recuperación de la llamada Casa Cilla. También se ha intervenido en la iglesia de la Asunción, el palacio de Portocarrero, el edificio de las antiguas caballerizas, el convento de Santa Clara y el colegio de la Inmaculada Concepción, aparte de restauraciones puntuales en el lienzo de la propia muralla.

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