Labrándose un futuro verde

Aún giran en torno a ella numerosos mitos. El más extendido sostiene que sus productos son sensiblemente más caros de lo normal. Sin embargo, desde el sector, se promociona la agricultura ecológica cada vez con más fuerza y se señala precisamente al desconocimiento de sus beneficios por la gran mayoría de la población como la principal dificultad para el despegue definitivo de esta forma de producción, tan diferente aún.

El precio, y más en época de crisis, es sin duda un inconveniente. Quizás por eso, una de las soluciones que la Junta ha propuesto para paliar problemas actuales como el paro y, a la vez, popularizar la agricultura orgánica son los talleres de empleo. Así, la finca Fresnadilla de Obejo-Cerro Muriano reúne a 22 jóvenes sin trabajo que reciben formación en agricultura ecológica y viveros e invernaderos. Además, los que no poseen el graduado escolar cuentan con un profesor que les imparte clases orientadas a su consecución. El objetivo, según comenta el director del taller, Vicente Rebollo, es "que cuando acaben encuentren trabajo, ya sea por cuenta propia o ajena, y para eso es necesaria una formación amplia".

Los alumnos miran al futuro mientras aprenden las técnicas más tradicionales de cultivo y los secretos que permiten sacar el máximo partido a la tierra sin utilizar productos químicos, como lo hacían muchos de sus abuelos. Rebollo destaca esto último y recuerda que "la agricultura convencional no es el camino a seguir ". El director cree que "hay que volver a lo antiguo". En la finca, por tanto, todo es básico, claro. Todo el mundo sabe el proceso que ha vivido cada verdura, desde su plantación hasta su recogida. También el invernadero y el vivero han sido fruto del trabajo de los alumnos, que se han encargado de construirlo.

El monitor del módulo de agricultura ecológica, José Rebollo, se siente orgulloso porque "los alumnos están muy contentos". "Muchas cosas les sorprenden", continúa el monitor, que pone como ejemplo "el control de las malas hierbas", ya que éste es otro de los "mitos de la agricultura", pues "no son malas". Sobre el que atañe al precio, Rebollo reconoce que "sí que puede ser algo más caro, pero hay que concienciar al consumidor de que está invirtiendo su dinero cuando compra este tipo de productos y, puestos a invertir, la comida debe ser lo primero".

La calidad se erige como una meta para los 22 aprendices de agricultores que centran su trabajo en una variedad amplísima de cultivos hortícolas -unos 35-. Rebollo aclara que "así los jóvenes pueden aprender las peculiaridades de hortalizas como la berenjena, la patata, la zanahoria o la cebolla". Todos estos productos podrán ser degustados tras la conclusión del curso, tanto por los propios alumnos como por los vecinos de Obejo, ya que el taller ha propuesto al Ayuntamiento crear un mercadillo para promocionar la "agricultura del futuro" entre los vecinos de la localidad, según avanza Rebollo.

Esta idea, defendida por los responsables, permite "completar un proyecto en el que no sólo se verán implicadas las administraciones, sino que acercamos la agricultura ecológica, su forma de trabajo y sus productos a los alumnos y al resto de la población". "Y lo que es más importante", añade Rebollo, "estamos capacitando a 22 trabajadores en una época en la que la formación, y concretamente en este sector, tiene un valor altísimo".