Hornachuelos

Enresa destaca el sellado de la celda 20 y el plan de ampliación como principales "hitos" en El Cabril en el útimo año

  • La empresa elabora un documento de Estado de Información No Financiera en el que resalta su apuesta por la sostenibilidad ambiental y los proyectos de desarrollo en los municipios del entorno de las centrales nucleares

El presidente de Enresa y la directora de El Cabril en la zona de la ampliación.

El presidente de Enresa y la directora de El Cabril en la zona de la ampliación. / Miguel Ángel Salas

La Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) ha elaborado por primera vez un informe de Estado de Información No Financiera correspondiente al ejercicio 2021, en el que presenta todas las acciones llevadas a cabo en materia social, ambiental y de buen gobierno. Según el presidente de la entidad estatal, José Luis Navarro, “precisamente, es la información no financiera la que ayuda a conocer y entender mejor qué es Enresa y cómo se organiza para prestar el servicio público esencial que tiene encomendado”.

En ese estudio, la sociedad especifica los que han sido los principales “hitos” desarrollados el pasado ejercicio en el centro de El Cabril, en Hornachuelos, que es el único existente en España para el tratamiento y almacenamiento de los residuos nucleares de baja, media y muy baja actividad.

Así, destaca que en 2021 se produjo el cierre y sellado de la celda 20 para residuos de baja y media. Además, se implantaron las acciones previstas en el plan integral de actuación de la celda 29 para residuos de muy baja actividad y se envió al Consejo de Seguridad Nuclear el plan de construcción de la celda 31, también para esta última tipología de residuos.

Y ya con la vista puesta en el medio plazo, “también hemos avanzado en el diseño de la nueva plataforma de almacenamiento de residuos de baja y media actividad, que dotará a El Cabril de capacidad suficiente para gestionar este tipo de residuos, de acuerdo con el actual escenario de funcionamiento de las centrales nucleares españolas”.

Las nuevas celdas de almacenamiento para residuos radiactivos de baja y media actividad se construirán en el cerro de Los Pavillos, próxima a los primeros módulos de almacenamiento que funcionaron en la instalación. Habrá una primera fase de 12 celdas -operativas en 2028- y otras 15 en actuaciones posteriores, como ya avanzó la empresa.

El Cabril lleva en funcionamiento desde 1992 y se ha convertido “en un referente internacional” en estos 30 años de actividad. Enresa añade entre sus hitos en la Sierra de Albarrana la adecuación de los accesos a las celdas de RBBA y construcción de una rampa para posibilitar el acceso de vehículos de transporte con equipos y componentes al fondo del vaso de la sección II de la celda 29.

En el plano ambiental, Enresa destaca que tiene implantado un sistema de gestión que aplica a todas las actividades que puedan producir impactos ambientales significativos. Además, el centro de almacenamiento de El Cabril y la Instalación Nuclear de Vandellós I cuentan con certificaciones ISO 14001 que se renuevan anualmente tras superar evaluaciones de conformidad por Aenor, como entidad de certificación independiente y acreditada por ENAC.

Los sistemas de gestión ambiental certificados por la norma ISO 14001 de estos dos centros “identifican los aspectos ambientales significativos derivados de las actividades que se realizan en ellos, adquiriendo compromisos en ambos casos con el objetivo de mejorar la gestión ambiental, el ahorro de recursos, la prevención de la contaminación y la protección del medio ambiente, así como la seguridad de las personas. Todo ello cumpliendo siempre con la legislación vigente, favoreciendo la transparencia informativa, impulsando la formación, aplicando políticas de mejora continua y facilitando un marco estable para la definición de objetivos ambientales y de seguridad”. También indican que Enresa está trabajando en la definición de una “política ambiental única para toda la organización, que se espera esté aprobada en 2022”.

En protección de la biodiversidad, la sociedad estatal habla en su memoria de las actividades que realiza en este ámbito en El Cabril, concretamente en la Sierra Albarrana. Cuenta con una superficie de 1.126 hectáreas, de las que apenas 35 se destinan al tratamiento y almacenamiento de residuos radiactivos.

Así, apuntan que desde el comienzo de sus operaciones en este centro, mantienen “compromisos de prevención, conservación, restauración y mejora del entorno natural de la instalación”. En 2021 ha desarrollado actuaciones centradas en ámbitos como la prevención de incendios forestales y trabajos de conservación, mejora de los hábitats del entorno y restauración de terrenos. En este sentido, Enresa precisa que “están obligados por ley a realizar un estudio de impacto ambiental que, entre otras variables, incluyen el estudio de posibles afecciones a la biodiversidad”.

Sobre las aguas residuales, la gestora de El Cabril señala en su informe que aplica una programación sistemática de autocontrol para garantizar la calidad de las aguas que se vierten en su instalación de Córdoba, en la central nuclear José Cabrera y en la de Vandellós I, una información que se remite a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, a la Confederación hidrográfica del Tajo y a la Agencia Catalana del Agua. El volumen de vertido para El Cabril y la central José Cabrera durante 2021 fue de 4.118 metros cúbicos.

Vista general del centro de almacenamiento en Hornachuelos. Vista general del centro de almacenamiento en Hornachuelos.

Vista general del centro de almacenamiento en Hornachuelos. / Miguel Ángel Salas

Otros aspectos que se resaltan en la memoria de Estado de Información No Financiera es que durante 2021 se ha abordado la implantación de tecnología LED en sustitución de los antiguos sistemas de iluminación en El Cabril y que dispone de un transporte colectivo para su personal, “lo que supone la reducción de las emisiones derivadas del uso de los vehículos particulares de los empleados”.

En cuanto a la contribución de Enresa al desarrollo social, se materializa a través proyectos de desarrollo local que contribuyen al desarrollo económico o a la conservación y mejora del medio ambiente y, en todo caso, a la generación de empleo en los municipios entorno de las centrales nucleares e instalaciones de residuos radiactivos como El Cabril, todo ello al amparo de una orden ministerial por la que se regulan las asignaciones a los municipios del entorno.

Durante el 2021, se cofinanciaron 56 proyectos de inversión e iniciativa municipal, para un total de 42 ayuntamientos, con un importe de 3,8 millones de euros. De estos, 32 corresponden a iniciativas de desarrollo económico y los 24 restantes a proyectos de desarrollo económico y de naturaleza ambiental, que han tenido un impacto positivo en los más de 65.106 habitantes de los municipios cercanos a El Cabril o centrales nucleares.

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