Daricia en la época de las maravillas
Puerto del Calatraveño
Tanto el Partido Popular como el PSOE se han comprometido durante la campaña electoral a hacer realidad la tan demandada parada de tren de alta velocidad para Los Pedroches
ÉRASE una vez una jovencita madura que veía como cada día el tren pasaba y pasa a gran velocidad casi por delante de su casa sin detenerse. Daricia se sienta frecuentemente junto a un romero e imagina todo lo que puede suponer de progreso para su comarca que ese gran caballo eléctrico haga escala en la zona para traer y llevar pasajeros. "Las industrias podrían crecer, otras llegarán para instalarse y los jóvenes tendrán más facilidades para quedarse y no emigrar", piensa una y otra vez hasta quedarse absorta. Daricia ha intentado convencer de lo necesario de la parada a los del Gobierno, pero éstos parece que no lo entienden así.
Uno de esos días junto al romero, la joven madurita ve pasar, repentinamente, un conejo blanco vestido con chaleco y chaqueta; que corre mirando una y otra vez su reloj de bolsillo y murmura que llega tarde a un mitin. Daricia decide seguirlo y entrar en su madriguera, que resulta ser una gruta negra, profunda y muy larga en cuya puerta cuelga un cartel en el que se lee "campaña electoral, época de las maravillas". Más tarde, la madriguera se convierte en un pozo profundo por el que Daricia cae pensando en la parada de tren y si alguna vez se hará realidad en su comarca, mientras le vienen a la memoria manifestaciones de miles de sus vecinos demandando lo mismo que ella. Al finalizar su caída, la joven entra en un mundo surrealista de promesas y paradojas lógicas.
Lo primero que encuentra es una botella que dice "bébeme", algo que hace atraída por la curiosidad. La pócima resulta ser un alucinógeno que la lleva hasta el interior de un AVE en la estación de Puertollano, donde enarbola una bandera roja en la que se puede leer "Que pare el tren en Los Pedroches". Inmediatamente, vuelve a pasar el conejo por delante de ella apresurado hacia el mitin, al tiempo que se esfuman los efectos propios de Morfeo, se sienta en el suelo y llora. "¡Debería darte vergüenza! -se dice- ¡una niña tan grande y ponerse a llorar de este modo porque crees que el Gobierno no te va a hacer caso! ¡para inmediatamente; mira los de Belalcázar como han conseguido que la Junta haya comprado su castillo. Con tesón, todo es un poco más posible!".
Al poco rato oye un ruidito de pisadas a lo lejos, y se seca rápidamente los ojos para ver quién llega. Es de nuevo el conejo que vuelve, espléndidamente vestido, con un par de guantes blancos de cabritilla en una mano y un gran abanico en la otra en el que se puede leer "vota Partido Popular". "Venga, que llegamos tarde al mitin de Mariano [el gato invisible] Rajoy", le increpa, mientras no deja de mirar la hora que marca su reloj de bolsillo. "¡Dios mío! ¡Qué cosas tan extrañas pasan hoy!", exclama Daricia antes de escuchar estupefacta de boca del propio Mariano, y ya en el acto de campaña, que si tras la época de maravillas se lleva el gato al agua de La Moncloa "¡¡¡habrá una parada de tren en Los Pedroches!!!"
Alguien le ofrece entonces un trozo de pastel en una bandeja en la que también hay un letrero que dice "cómeme". La curiosidad se apodera de ella y no puede evitar darle un mordisco al apetecible manjar. Los efectos alucinógenos vuelven y Mariano [el gato invisible] Rajoy desaparece. "Si quieres que tu deseo se haga realidad, hazme caso, en esta dirección -dijo el conejo- [haciendo un gesto con la pierna izquierda] vive un sombrerero llamado Chaves. Él puede mediar con un amigo suyo zapatero para que tu sueño se haga realidad". Cuando esos efectos pasan, Daricia se da cuenta de que el anagrama que aparece en el abanico ya no reza "Vota Partido Popular" sino "Vota PSOE".
El conejo llevaba razón. El sombrero le confirma que lo primero que va a hacer cuando pase la época de las maravillas será pedirle a su amigo zapatero que haga real los deseos de Daricia. ¡¡¡Habrá una parada de tren en Los Pedroches!!! La joven madurita ya se ve en un vagón con forma de taza al que se ha subido en el apeadero de Villanueva de Córdoba. "Despierta, Daricia, despierta, que estaban soñando".
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