Hornachuelos

El Cabril recibe 2.734 metros cúbicos de residuos radiactivos en 2020 y roza el 80% de su capacidad

  • Pese a la pandemia, al centro de almacenamiento llegaron el pasado año 266 transportes con restos

  • El complejo acogió durante el ejercicio un total de 21 inspecciones

Una de las celdas de residuos de muy baja actividad en El Cabril.

Una de las celdas de residuos de muy baja actividad en El Cabril. / El Día

El centro de almacenamiento de residuos radiactivos de El Cabril en Hornachuelos recibió en 2020 un total de 2.374 metros cúbicos de residuos de muy baja, baja y media actividad, de los cuales, 2.277 procedían de instalaciones nucleares y 97 de instalaciones radiactivas. Estos restos llegaron hasta la provincia de Córdoba en 266 transportes, 227 procedentes de instalaciones nucleares y 39 de radiactivas.

A pesar de la declaración de pandemia decretada en marzo del pasado año, la instalación de la Sierra Albarrana cordobesa, con las medidas de seguridad que se adoptaron para la protección de los trabajadores, pudo continuar su actividad, lo que permitió la recepción de esos restos. De ellos, 476 metros cúbicos eran residuos de baja y media actividad (RBMA), mientras que los 1.898 restantes pertenecían a la categoría de muy baja actividad (RBBA), según la información facilitada por Enresa, empresa gestora del complejo. De hecho, El Cabril recibió en 2020 casi la misma cantidad de residuos que en 2019, cuando se gestionaron 2.674 metros cúbicos.

Añadidas estas cifras, El Cabril almacena, en los 34 años transcurridos desde el inicio de su actividad, un total de 54.324 metros cúbicos de estos materiales De ese volumen total, 34.927 son residuos de baja y media actividad y 19.397 corresponden a basura nuclear de muy baja actividad.

Con estos datos, la ocupación actual en las celdas de residuos de baja y media actividad es del 79.92%, con 22 celdas llenas de las 28 actualmente disponibles. En cuanto al almacenamiento de residuos de muy baja actividad, hasta el 31 de diciembre de 2020 la ocupación era el 43% sobre lo construido en la instalación para RBBA.

A lo largo del pasado ejercicio, se realizaron en El Cabril un total de 21 inspecciones, de las cuales tres fueron a cargo del Consejo de Seguridad Nuclear, una de Euratom, siete fueron de carácter reglamentario y diez de otros tipos.

Por lo que respecta al Plan de Vigilancia Radiológica Ambiental (PVRA), “sus trabajos se realizaron con normalidad con la toma de más de mil muestras en los 124 puntos de muestreo definidos”. ۡEl seguimiento del PVRA “garantiza la ausencia de impacto radiológico de la actividad de la instalación en el entorno”.

En cuanto al programa de visitas al centro de información de la instalación, aunque el programa que estaba previsto se suspendió por la declaración de la pandemia, durante 2020 pudieron recibirse 36 grupos, lo que supuso la presencia de más de un millar de visitantes.

De otro lado, Enresa ha indicado que El Cabril ha iniciado las labores de construcción de la losa de cierre de la vigesimosegunda celda llena, de las 28 disponibles para el almacenamiento de residuos radiactivos de baja y media actividad (RBMA). Esta celda, ubicada en la plataforma sur, comenzó a llenarse el 10 de enero de 2018 y se completó el 29 de septiembre de 2020. El pasado 11 de marzo de 2021 se firmó el acta de replanteo e inicio de los trabajos para la construcción de la losa de cierre.

Esta losa cierra la estructura de hormigón que forma la celda llena de contenedores de residuos radiactivos. De acuerdo con la planificación, está previsto que en noviembre se certifique el final del proceso.

Mientras, Enresa está pendiente de la redimensión de esta instalación de la Sierra de Albarrana. De hecho, el presidente de la empresa, José Luis Navarro, se reunió hace unos días con la alcaldesa de Hornachuelos, María Pilar Hinojosa, una cita en la que informó al Consistorio melojo que las obras de ampliación comenzarán a finales de 2024, para construir hasta 27 celdas más, a sumar a la treintena actuales. A más a largo plazo, si se requiere, y en una fecha que vendrá determinada por el ritmo de ocupación, "se iniciaría una segunda fase, que en principio implicaría la construcción de 15 celdas más", indicaron desde el Ayuntamiento.

La ampliación del complejo de almacenamiento de la Sierra de Albarrana podría ejecutarse en un plazo de cuatro años, ya que la intención de la sociedad gestora es que las nuevas celdas estén operativas para el año 2028. Como ya avanzó este periódico, una de las razones de esta ambiciosa ampliación es el alto volumen de restos radiactivos que saldrá del desmantelamiento de las centrales nucleares. Ese cierre generará unos 220.000 metros cúbicos de residuos, cuyo destino final será El Cabril.

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