En tránsito
Eduardo Jordá
¿Tú también, Bruto?
Era previsible. Cuando un líder demuestra absoluta indiferencia ante el cerco de la Justicia, Fiscalía y Guardia Civil a algunos de sus principales colaboradores, actúa como si no los conociera y no suelta una sola palabra de apoyo mientras son conducidos a prisión, era esperable que varios de esos amigos hayan caído en la tentación de soltarse la lengua. Cuando se han visto en una celda y con sus biografías destrozadas, se están lanzando a contar lo que saben. No solo para intentar salvar su nombre, sino también para salvar el nombre de su familia.
Que Cerdán, Ábalos y Koldo han podido actuar por su cuenta aprovechando su entrada en los círculos de poder, no se puede descartar. Pero cuesta creer que lo hicieran sin el conocimiento de Pedro Sánchez –démosle la presunción de inocencia–, porque es difícilmente aceptable que se moviera en ese mundo de fango sin enterarse absolutamente de nada. No se trataba de unos colaboradores más de los que suelen moverse muy cerca de los que mandan, de los situados en las altas esferas, sino del equipo más íntimo de Pedro Sánchez. Los que le ayudaron a recuperar la Secretaría General del PSOE y los mantuvo a su lado con cargos más o menos relevantes cuando fue elegido presidente.
Sánchez además es un hombre al que no se le escapa una y no le tiembla la mano para deshacerse de quien o quienes le pueden causar problemas. Las descalificaciones personales y profesionales o los traslados para ser sustituidos por alguien de la cuerda sanchista, han sido habituales en estos años. Se acaba de conocer la noticia del ascenso del jefe de la UCO para cambiarlo así de destino. Justo cuando el sanchismo está en peligro. Hacía tiempo que se hablaba de ello, pero da que pensar que se le ascienda y se le aparte así de la UCO precisamente ahora.
Las maniobras no sirven para nada. Lo peor para Sánchez es que aquellos a los que tanto quiso y tanto le quisieron, al comprobar cómo se desentiende de todo y como mucho puede ser acusado de no estar vigilante como era su obligación, han empezado a contar lo que saben. Que es mucho. Con seguridad contarán con pruebas más allá de su testimonio. O pondrán sobre aviso a la UCO para que investigue a determinados personajes que cayeron en la tentación de cobrar comisiones por su ascendencia en el Gobierno aunque no formaran parte de él.
Esto no ha hecho más que empezar, y en prisión se dispone de mucho tiempo para preparar estrategias de defensa… o tirar de la manta para que caigan culpables que presumen de inocencia.
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