NOTAS AL MARGEN
David Fernández
Un milagro por Navidad: salvemos al país
Yo no lo entiendo, pero hay quien vive en el verano, como queriendo que lo sea todo el año. Y la verdad es que a mí, cuando llevamos diez días, ya me sobran once, sobre todo si es como el que hemos tenido, que vaya cosa larga, calurosa y malaje que hemos tenido.
Si durasen lo que tienen que durar, y no esos suspiros que a veces ni nos enteramos, a mí me chiflan los otoños y las primaveras, porque son estaciones muy bonitas. Solo hay que fijarse un momentito, pero es que Córdoba en otoño, de verdad, es una cosa preciosa, de lo más bonito que uno puede ver. Eso sí, tiene que bajar un chispo la temperatura, para que saquemos las rebecas y los saquitos y la cosa ya sea como tiene que ser. Un otoño cordobés, como está mandado, con sus peroles, su San Rafael, sus gachas bien cargadas de tostones, y sus castañas calentitas es algo maravilloso, y nadie me puede decir que no.
Además este otoño tenemos el añadido de la Feria del Libro, que empieza ya la semana que viene, y encima cumple cincuenta años, que se dice pronto. Que es de las cosas que más están durando en esta ciudad nuestra y eso será por algo, digo yo. Soraya ya ha mirado el programa y ha apuntado a lo que quiere ir, y claro acabará arrastrando de Cayetano y de mí, como si lo viera. La verdad es que nos dejamos, que nunca nos propone malas cosas, también hay que decirlo, que a picar piedras no nos pone.
Menos mal que ganamos el otro día en Zaragoza, que han sido de los tres puntos que más me he alegrado últimamente. Y es que los necesitábamos para respirar tranquilos. Hay muchos empeñados en querer comparar lo que está pasando esta temporada con la anterior, y no se parecen en nada, salvo en los puntos que tenemos.
El año pasado se le veía al Córdoba respirar de otra manera, no sé cómo explicarlo. No estábamos bien en la clasificación, pero se le notaba que la cosa iba a cambiar porque estábamos jugando bien. Pero ahora no, es la verdad, no estamos bien, hay algo que no encaja y espero que Ania lo arregle. En fin, que cada cosa tiene su tiempo, y ya está, y a veces cuesta más, pero que todo es ponerse y estar tranquilos. Y no ponga lejos la rebeca, por si las moscas.
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