Nuevo compromiso de Sánchez, ¿creíble?

Pedro Sánchez ha finalizado el curso político con su habitual rueda de prensa. Lo ha hecho en un momento especialmente difícil cercado por los casos de corrupción y por las polémicas sobre su política internacional, que inquieta dentro y fuera de España. Agravadas por el caso Huawei que desde hace meses denuncian varios medios de comunicación y que ahora preocupan tanto a EEUU como a la UE.

En esa rueda de prensa, Sánchez intentó dar titulares para evitar preguntas insidiosas y anunció que presentará los Presupuestos Generales del Estado y el techo de gasto en septiembre. Una vez más, como no podía ser menos, insistió en que cumplirá la legislatura.

Ya es hora de que presente los PGE, lleva tres años sin hacerlo, prorrogando los del 22; incumple el mandato constitucional de presentarlos.

Las promesas de Sánchez hay que tomarlas a título de inventario, no tiene ningún respeto a sus propias palabras y promesas, como sabe toda España. Por tanto, este anuncio sobre los Presupuestos hay que cogerlo con pinzas. Y si los presenta, habrá que ver si logra aprobarlos. En caso contrario, atentos a ver si vuelve a prorrogarlos o se fuma un puro y sigue gobernando sin ellos. Como hace, aunque él exigía elecciones cuando estaba en la oposición.

También anunció, en su triunfalismo habitual, que se dedicará a fondo a las políticas sociales. Más dudas. En los siete años de Gobierno han llovido las subvenciones pero de solucionar problemas acuciantes, poco.

En el otro lado del ring, Feijóo reunía por primera vez desde el congreso del PP a su ejecutiva. Al equipo le advirtió de que ya pueden ponerse a trabajar como si las elecciones se celebraran en cualquier momento. Anunció que, si llega a Moncloa, derogará una serie de leyes aprobadas por Sánchez y reformará otras. Que no se escandalice nadie: cuando llegó Zapatero lo primero que hizo fue derogar la ley de educación que ni siquiera se había empezado a aplicar, y anuló el pacto para la Justicia al que había llegado el Gobierno de Aznar con Rubalcaba. Así que más vale que no empiecen los socialistas y socios a acusar a Feijóo de promover la demolición del trabajo de sus antecesores.

La rueda de prensa de fin de curso la celebrará Feijóo el jueves próximo. Pero ha adelantado prioridades de su Gobierno si lo alcanza: lucha contra la corrupción y la inmigración irregular, proyectos sobre vivienda y financiación autonómica, y bajada de impuestos. Antes de prometer nada Sánchez tiene que conseguir ser creíble y antes de prometer nada, Feijóo tiene que alcanzar la Presidencia.