Junio de Chaplin

Chaplin vuelve a los cines para conmemorar el centenario de La quimera del oro, estrenada el 26 de junio de 1925 en el Grauman’s Egyptian Theatre de Hollywood. El próximo jueves 26, A Contracorriente Films proyectará en salas, en formato 4K, la versión original de 1925, restaurada tras 30 años de trabajo a partir de las investigaciones de Kevin Brownlow y David Gill, los materiales conservados y gestionados por los herederos de Chaplin a través de The Chaplin Office y Export SAS y los cedidos por filmotecas y museos de todo el mundo que permitieron su restauración por el laboratorio L’Immagine Ritrovata y la Fondazione Cineteca di Bologna, también responsable de la restauración de la mayor parte de la obra de Chaplin, con el apoyo de la sociedad de producción, distribución y exhibición mk2. La versión restaurada de La quimera del oro, que conserva la música compuesta por Chaplin en 1942, adaptada y dirigida por Timothy Brock al frente de la Orquesta Città Aperta, fue presentada en el último festival de Cannes. Para el próximo día 26 se han programado 250 proyecciones en 70 países.

En paralelo, del 12 de junio al 6 de julio, Movistar Plus+ dedicará un canal a la obra de Chaplin, emitiendo las películas restauradas por la Cineteca di Bologna. Ya se están emitiendo como adelanto muchas de ellas –El chico, Tiempos modernos, Luces de la ciudad, Candilejas, Monsieur Verdoux o El gran dictador– en el canal clásico.

Si este junio de 2025 será el mes Chaplin por el centenario del estreno de La quimera del oro, enero de 2028 debería serlo por el de El circo, enero de 2031 por el de Luces de la ciudad, febrero de 2036 por el de Tiempos modernos u octubre de 2040 por el de El gran dictador, como abril de 2018 debió serlo por el de Vida de perro o febrero de 2021 por el de El chico. Chaplin es uno de los nombres propios que representan el cine como arte y entretenimiento.

Charlot sentado junto al perro Scraps o a Jackie Coogan, comiéndose sus botas, haciendo funambulismo asediado por los monos, entrando y saliendo del coche aparcado junto a la ciega vendedora de flores, devorado por una máquina, cantando La titina en un idioma inventado o alejándose por la carretera con Paulette Godard mientras suena Smile, es cine en estado puro.