Pero es que hay que tener memoria; no es que haya ido siempre. A ver, antes de que España, que es una exageración muy exagerada para referirse solo a la selección absoluta de fútbol, ganase la Eurocopa y, luego en un ciclo brillante, Mundial y Eurocopa, otra vez, lo normal era asumir frustraciones en cada torneo. Esto le pasa a casi todo el mundo. No se gana siempre. Es más preciso decir, creo, que solo se gana de vez en cuando. Lo normal es palmar.

Tranquilidad, humanos. Dos partidos, dos empates. No es para tanto. Puede ser que hasta empatando el último se dé la carambola tremenda de ser uno de los mejores cuatro terceros de grupo y pasar a los octavos, donde, si somos fieles a la tradición, haremos el partido más brillante de la serie contra el rival más solvente de los posibles hasta ese momento y palmemos. Lo normal es palmar, ya digo.

Será lo normal palmar, aficionado, pero es que no es de recibo tanta alineación pobretona, con tan poco gancho, con tan poco gol, con tan poca garra, con la defensa tan frágil. Me molesta que después haya ironía. Que si es lo que hay, que si el fútbol es así, que si para eso la prensa ya anima. ¡Que así no se puede, hombre! Que, para sacar pecho, hay que jugar más. Que lo raro así es no palmar más.

Yo con lo que alucino es con el césped, tan calvo, tan alto, tan raro, tan lento. No me lo explico, ¿esto no se iba a jugar en Bilbao?; a ver, ¿quién lo cambió? Eso es porque en Sevilla siempre se anima y por cualquier cosa del covid, que no se habrá explicado bien. Pues ya ves tú, unos se contagian, que eso pasa en cualquier sitio, los vacunan a todos antes pero tarde, y animar, animar, se anima poco. ¿Pero cómo se va a animar? ¿El qué? Y, vaya tela, ¿quién juega en la Cartuja? Nadie, ¿no? Pues eso, que en Nervión o en Heliópolis el campo debe estar mucho peor. ¡Cómo no se va a palmar!

Si es que todo es igual. No se puede estar así. Esto lo hacen para distraer y que se nos escape lo importante, que pasa también y nos da igual. Por eso me da lo mismo y yo no veo el fútbol. Pues yo a lo mejor me voy a andar y llego a la segunda parte. Pues yo sí lo veo y me enfado. Pues a mi la tele me da igual porque todos te engañan y no te dicen lo que pasa. Pues quítale el volumen y míralos jugar tú solo. Pues también. Pues anda que verlo para palmar. Pues eso es lo que hay.

Y menos quejarse, ya, carajo, que después, porque estas cosas pasan, ganan el tercero, pasan en octavos, tiran la tanda en cuartos, se pasean en semifinales y palman los otros en la final, que es lo normal, palmar, y Peter los indulta, al aire libre y sin mascarilla, y hemos hecho historia. Tipos sobrados al mando, conocidos normalitos alrededor, el mundo es redondo y rueda y seguimos para bingo. Bueno, entonces, otro artículo, ¿no? Pues sí. Campeones.

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