Córdoba vivió ayer una nueva jornada de intenso calor, que va completando un mes de agosto en el que pocos han sido los días en los que la climatología ha dado un respiro. La ciudad, de hecho, registró de nuevo una alerta naranja, lo que da fe de los rigores con los que, un año más, ha venido la canícula. En los escaparates de las tiendas, sin embargo, ya comienza a verse el otoño y los maniquíes posan con chaquetas de entretiempo y pantalones largos. Un avance del cambio de temperatura que se avecina pero del que todavía no se observan indicios fiables.

Los escaparates se visten de otoño, pero no la ciudad
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