La Gloria de San Agustín
Todo vuelve
Cuando llega el mes de diciembre comienza el ansia por la lotería. Y creo que no soy la única a la que le entra por el cuerpo la necesidad de comprar un decimito más por si acaso. Un número con los amigos, otro con los compañeros de trabajo, otro del pueblo, otro del sitio donde pasas las vacaciones... Ahora en algunas administraciones de lotería también han inventado eso de vender "el número del barrio", que suele ser el código postal de la zona en cuestión. Porque ¿quién se puede resistir a comprar un décimo pensando que le va a tocar a tu vecino, o al del bloque de al lado, mientras a ti se te queda cara de tonto habiendo pasado todos los días por delante de ese cartel sin hacerle caso? Estas nuevas estrategias aumentan esa ansia que se genera en torno al Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad.
El deseo de resultar agraciado es tan irrefrenable que no nos paramos a pensar en profundidad en las pocas posibilidades que hay de que nos toque a nosotros. En los bombos entran 100.000 números, por lo que la probabilidad de que nuestro décimo sea el agraciado es de una entre 100.000, es decir, del 0,001%. Por otra parte, el máximo premio es de 400.000 euros por décimo, una cantidad que no nos va a hacer ricos, aunque de un apuro sí te saca: la compra de un piso, un coche, una reforma, un buen viaje cuando se puedan volver a hacer...
Cada español gastará este año una media de 65,66 euros en comprar décimos para el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad, según la estimación de venta de la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado. En este 2020 más que nunca necesitamos mantener esa ilusión y esperanza, aunque todo se esfume en unas horas. Pero cuánta emoción se vive al seguir el sorteo por la televisión o la radio mientras compruebas si al menos te ha tocado una pedrea o tu terminación coincide con la del Gordo.
Con la ruina que ha traído 2020, las familias que ha roto el covid-19, las secuelas que ha dejado, los pequeños comercios que han tenido que cerrar, los ERTE y los ERE que vienen en camino, la lotería se convierte en una salida inmediata para mejorar este negro panorama. Al menos unos pocos podrán disfrutar del premio y acabarán este catastrófico año con algo bueno para recordar.
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