La Rayuela
Lola Quero
La fiesta de Alvise
Por montera
Quizá esté leyendo este humilde artículo sentado, sentada, en un tren camino a alguna parte de entre nuestras Españas: bueno de entre nuestros países que es el resignificado que, desde el Gobierno central, le dan a este nuestro querido reino. Le deseo un buen viaje sentado, sentada, en un sitio confortable. Que le haya tocado ventanilla para poder disfrutar de los paisajes. Si va en el AVE, el asiento más cómodo es el de la letra A. Viajas en soledad y con suerte, en dirección a la marcha. En caso de que tenga que realizar un trayecto en un cercanías ya sabe que la comunidad viajamos hacinados en asientos feos, viejos y tan estrechos que llegamos a poder intimar por el contacto de piernas. Debes negociar con el pasajero que te ha tocado enfrente la colocación de las cuatro zancas para evitar darte las menos patadas posibles. Bueno, ya estará confortable, pero, que sepa, que, como ha dicho nuestro ministro de Transportes, el insigne Óscar Puente, “son cosas normales” que a veces se incendie un tren. No es que lo haya dicho en un discurso retórico, no. Lo ha dicho después de que se haya incendiado un convoy de cercanías entre Cáceres y Madrid. Llamas con pasajeros en su interior que, por milagro y fortuna, no causó heridos. Tenemos un largo rosario de “incidencias”, como les llama él: descarrilamiento de tres trenes en Atocha, en Talavera de la Reina un tren arrolló y mató a un anciano, miles de pasajeros se quedaron sin transporte entre Valencia y Madrid en el Puente del Pilar. Cinco mil usuarios no llegaron a su destino el 23 de julio, día de las elecciones… ¿recuerdan? Me quedo sin espacio. Para el ministro y, en consecuencia, el gobierno central, son incidencias normales a las que hay que acostumbrarse. En España, en este país, no podemos ni soñar en tener los trenes de Japón o Suiza donde tienen las mejores líneas ferroviarias. No. Usted, vaya asumiendo que montar en un tren es un viaje de alto riesgo sin la seguridad de que vaya a llegar a su destino sano y salvo. Total, para Óscar Puente, es una cuestión que le sobrepasa y adelanta en las curvas dejándole el bólido sin pantalones. Ya saben, como dice el ministro, “a veces se incendia un tren, hay incidencias con animales, personas, a las que hay que acostumbrarse”. Seguirá estirando el material rodante hasta que volvamos a montar en burro con los chorizos de pueblo en los cestos de esparto para poder llegar a casa sanos y a salvo. Esta es la evolución que nos espera a los de este país porque el que tiene la responsabilidad de renovar el servicio ferroviario, prefiere que nos acostumbremos a que nos ocurran cosas, “normales”. Así que, le encomiendo a San Rafael para que tenga buen viaje.
También te puede interesar
La Rayuela
Lola Quero
La fiesta de Alvise
La ciudad y los días
Carlos Colón
Con la mentira por bandera
Alto y claro
José Antonio Carrizosa
Bárbara, el Rey, Jekyll y Hyde
Envío
Rafael Sánchez Saus
Columnistas andaluces de ahora
Lo último