Las muertes de mujeres por cáncer de pulmón en Córdoba se duplican en la última década
Sanidad
El gran aumento de fallecimientos por esta causa pone el foco en el tabaquismo y respalda el endurecimiento de la ley que prohibirá fumar en espacios públicos
Investigadores cordobeses descubren un nuevo mecanismo más eficaz contra el cáncer de pulmón
En la última década, las muertes de mujeres por cáncer de pulmón se han duplicado en Córdoba, pasando de 34 en 2014 a 78 en 2024. En general, en este periodo los fallecimientos por este tumor han sufrido un aumento, de 297 a 393 (casi un centenar más) contabilizando ambos sexos.
La preocupación radica en que las muertes por cáncer de pulmón -directamente relacionadas con el tabaquismo- se están acercando a las de mama, tradicionalmente el más mortal entre la población femenina. Así, en 2024 un total de 113 féminas perdieron la vida a causa de este tumor, por lo que la brecha entre ambos cánceres se reduce a 35 muertes, según los datos del Observatorio de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).
La tendencia no es nueva, pero sí alarmante. En los últimos tres años, la mortalidad por cáncer de pulmón en mujeres en Córdoba ha sufrido un gran salto: de las 58 muertes de 2021 a las 78 de 2022, 77 de 2023 y 78 de 2024.
Detrás de este aumento, según coinciden los expertos, está el aumento sostenido del consumo de tabaco entre mujeres, especialmente desde la década de los 70. Y también hay que destacar su "mayor susceptibilidad" a los daños del tabaco a igualdad de consumo tabáquico que el hombre, explica el jefe de Neumología del Hospita Reina Sofía de Córdoba, José Manuel Vaquero.
Esta situación respalda el endurecimiento de la Ley del Tabaco, que prohibirá fumar en espacios públicos como terrazas de bares, parques infantiles o paradas de autobús.
Relación directa entre tabaco y cáncer
Desde los años 80, la incidencia de cáncer de pulmón en mujeres "está en ascenso y creemos que no se ha alcanzado un techo, a diferencia de los hombres, donde parece que sí está disminuyendo", apunta Vaquero. En este sentido, aclara que "ahora mismo hay más hombres que mujeres con cáncer de pulmón, pero los hombres están en continuo descenso y las mujeres en continuo ascenso; en algún momento esas líneas se cruzarán y habrá más mujeres con cáncer que hombres".
Con respecto al origen de estos tumores, Vaquero explica que "podemos tener cierto grado de predisposición genética y, expuestos a circunstancias de riesgo, se incrementa la posibilidad de desarrollar cáncer". Entonces, "el tabaco multiplica por 20 el riesgo genético que uno tiene, es el factor más importante". De hecho, "si quitamos el hábito tabáquico, probablemente estaríamos ahorrando más del 80% de los cánceres de pulmón", asevera.
Es cierto que hay cáncer de pulmón en personas no fumadoras, pero "son pocas". En este punto, hay que destacar a los fumadores pasivos. El jefe de Neumología del Reina Sofía señala que cuando alguien consume tabaco existen dos circunstancias o dos corrientes: la corriente principal es lo que directamente inhala el fumador, pero luego hay una corriente secundaria, "la del quemado del papel del tabaco que envuelve al cigarrillo y del propio quemado del tabaco que se libera al ambiente".
Esta última "tiene los mismos tóxicos y, algunas veces, incluso concentraciones mayores que la corriente que percibe el propio fumador" por lo que, "evidentemente, el ser fumador pasivo predispone al cáncer".
Una enfermedad silente
El cáncer, muchas veces, es una "enfermedad silente", es decir, no da la cara o tiene síntomas muy inespecíficos. Por eso, Vaquero incide en que "cuando suele dar la cara está en una situación muy evolucionada en la que, la mayoría de las veces, no podemos ofrecer al paciente un tratamiento curativo, porque se diagnostica más del 60 o 70% en estadios avanzados".
El doctor indica que se están intentando aplicar "métodos de equilibrado" a fumadores haciéndoles controles de TAC de baja radiación con los que se pueden detectar nódulos y cáncer.
Las sociedades científicas están trabajando en estos métodos y en algunos lugares se están implementando, "lo que ocurre es que se necesitan muchos recursos": médicos, TAC, técnicos de radiología, radiólogos y neumólogos. "Ese proyecto que está en las sociedades científicas no es exportable y aplicable a toda la población, pero sí que en muchos sitios se está haciendo cribado de cáncer de pulmón para hacer un diagnóstico precoz", añade.
El diagnóstico precoz hace que los médicos puedan "curar más pacientes, pero la solución no es curar, es prevenir; de ahí que la prevención y la educación sobre el tabaquismo debe ser la base", asevera el neumólogo.
¿Qué pasa en los pulmones si fumamos?
Cuando una persona fuma está metiendo en su cuerpo una sustancia que es "tóxica, cancerígena y, fundamentalmente, proinflamatoria", según Vaquero. El tabaco desencadena "cascadas de la inflamación y, en muchas circunstancias, hiperproliferación celular, o sea, un crecimiento celular". En ocasiones, ese crecimiento celular puede descontrolarse y es lo que genera el cáncer.
Por lo tanto, el tabaco "predispone al cáncer por una inflamación descontrolada", pero además" tiene más de 200 sustancias potencialmente tóxicas a distintos niveles del pulmón y más de 20 de ellas pueden ser cancerígenas".
Entonces, cualquier medida de prevención que se tome, como el Anteproyecto de Ley de Tabaco, "va a impactar no sólo en el cáncer de pulmón, sino en todas aquellas enfermedades asociadas al tabaco, que son muchas". Por ejemplo, el especialista del Reina Sofía destaca la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que es "lo que todo el mundo entiende como la bronquitis del tabaco".
También está relacionado con la angina de pecho, con el ictus, la trombosis y con otros tipos de cáncer, "no sólo de labios, de lengua, de tráquea, de cuerdas vocales y pulmón". Vaquero recuerda que "uno muy llamativo que se asocia al tabaco es el cáncer de vejiga, un órgano que no se expone directamente al humo del tabaco, pero este genera una inflamación que no sólo es local en el pulmón o en las vías aéreas, sino que es de forma generalizada". Por lo tanto, el tabaco puede estar en "la génesis de gran cantidad de enfermedades cancerígenas o no cancerígenas".
Y, a pesar de que la persona deje el tabaco, puede haber llegado ya "a un sitio de no retorno" ya que la inflamación persiste. Entonces, "la intención siempre es evitar el inicio del hábito" porque "dejarlo siempre es bueno, pero no te garantiza que no vayas a tener ninguna enfermedad secundaria", aclara el neumólogo.
Por último, concluye que las sociedades científicas ya han equiparado el cigarrillo electrónico y el vapeo con el daño del tabaco: "Están en el mismo nivel porque son adictivos casi en el mismo nivel, tengan o no tengan nicotina, y tienen un montón de sustancias tóxicas también cancerígenas".
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