En el año 2000 Ismael Serrano sacó un disco al mercado que se llamaba Los Paraísos desiertos; la tercera canción de ese disco se titulaba No estarás sola. Ahí cantaba versos que durante mi juventud tarareaba de memoria, como los de todas sus canciones; y como a todas las canciones que convertimos en nuestros himnos, en cada momento vital le damos un sentido, se las cantamos a algo o a alguien, nos evoca sensaciones, nos lleva a sentirlas nuestras, convencidos de que están escritas para nosotros. Dieciocho años después la he recuperado como himno, la vuelvo a cantar. Y por supuesto, recupero la convicción de que es para mi. Lo mejor de todo, es tener hoy a quien las cantaba entonces conmigo.

No estarás sola, siempre habrá quien que te ayude a hacer las mudanzas, quien te regale manos, flores, presencias, sin pedir nada. Siempre habrá quien te dé aliento cuando te des por vencida. Sola nunca, nunca estarás. Ahora que vivimos con el pellizco que nos han impuesto las grandes marcas con sus anuncios ñoños navideños, ahora que podemos contabilizar las horas y los días que nos quedan por pasar con la gente que queremos según alguna marca de licor, que nos enseña que tenemos que vernos más. Ahora que los suecos, muy ocurrentes, nos ponen por delante que no sabemos mucho de nuestros familiares ni de nuestros amigos, ahora que una marca es la que se cree que nos tiene que decir que apaguemos los móviles, dejemos a un lado las tablets y que debemos hablar más, mirarnos más, escucharnos más, podríamos también reactivar lo de la receptividad y regalarnos canciones que nos hagan sentir ese pellizquito. Porque está claro que ya no nos permitirnos escuchar canciones como lo hacíamos antes, ya no nos paramos a cantar. No le damos una mil y veces al play, hasta que nos aprendemos los versos, los saboreamos y nos los llevamos adentro.

Pues bien, yo, sin legitimidad ninguna, como no la tienen las marcas, para hacerles profundizar en nada que no hayan decidido ustedes, solo les propongo, más allá de activar automáticamente la lista de canciones de la plataforma de turno, volvamos a poner en práctica aquellas actitudes de la era del cassette, del cd o del vinilo. Sí, soy consciente, requiere más tiempo, pero puede que sea más tiempo para nosotros. Más tiempo de calidad, más tiempo para sentir. No me hagan caso a mi, lo dice Ikea, yo solo añado lo de las canciones con pellizco.

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