El habitante
Ricardo Vera
Suresnes
El balcón
Cuando en octubre del año pasado se presentó en Jerez el libro de Luis Villar Historia del Partido Andalucista, Pedro Pacheco señaló a todos los partidos nacionales: “han intentado apoderarse de manera maliciosa de la A de Andalucía, haciendo abuso de nuestra bandera”. El lunes tuvimos un ejemplo de ese abuso con la extravagante manera en la que el presidente de la Junta se ha apropiado del Día de la Bandera. La bien intencionada idea de Alejandro Rojas Marcos, en la presentación en Sevilla del mismo libro, el mismo día, ha sido víctima del oportunismo de Juan Manuel Moreno. San Telmo la ha convertido en una nueva exhibición fotográfica, escenográfica y retórica del jefe del PP andaluz, para mayor gloria de su persona.
Con un agravante. El Parlamento andaluz lleva décadas empequeñeciéndose por la acción acaparadora de los ejecutivos. El primer fallo fue crear, ignorando al Parlamento, una segunda fiesta solemne de la comunidad autónoma, de respeto al primero de sus símbolos. E incumpliendo el artículo 100 del Estatuto: es el Parlamento quien representa al pueblo andaluz. Tras criticar que Pedro Sánchez sea tan aficionado a gobernar por decreto, Moreno hace lo mismo, sin pudor.
Un improvisado decreto de 700 palabras, publicado en el BOJA tres semanas después de la idea y tres semanas antes del evento, inventó esta festividad ignorando que el artículo 99 del Estatuto establece que la organización política del autogobierno la ejerce la Junta de Andalucía. Y que integran la Junta, por este orden, el Parlamento, la Presidencia y el Consejo de Gobierno. ¡Sorpresa!: el Parlamento es la primera institución de la Junta y la que representa al pueblo andaluz.
Hecho el escamoteo al Parlamento, peor ha sido la puesta en escena. El Día de la Bandera se ha convertido en el Día del Balcón. Moreno forra de banderas los balcones del Palacio de los Montpensier. Y posa en la galería principal con Rojas Marcos, Sara Baras y los que vengan. En su discurso, eso sí, dice que los andaluces tienen que estar unidos, hablar con una sola voz (la suya) y estar por encima de las ideologías. Pero la institución en la que están representadas todas las ideologías ya está inventada; es el Parlamento. Al presidente de la Junta le gusta repetir que es partidario de la separación de poderes; se la reclama un día sí y otro también al primer ministro español.
Si se pretende que cuaje un homenaje a la bandera integrador, debe celebrarse en el Parlamento, con protagonismo de todas las fuerzas políticas y la sociedad civil. Sin abusos. Separación de poderes se llama eso.
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