Mensaje en la botella

Medias verdades sobre la sequía en la zona Norte

Toda polémica que se precie y en la que intervenga la política está destinada sin remedio a la demagogia, al partidismo y al "y tú más". El problema surge cuando el asunto en cuestión que se lleva al debate público excede lo meramente ideológico o la capacidad de gestión de los gobernantes por tratarse de algo que afecta a la vida cotidiana de la ciudadanía. Es lo que está pasando con la sequía en la zona Norte de Córdoba, en la que las administraciones -unas gobernadas por el PSOE y otra por el PP- se han metido en un charco del que veremos a ver cómo salen.

La realidad a día de hoy es que las comarcas del Guadiato y de Los Pedroches no tienen asegurado el suministro de agua cuando llegue finales de este año. Y estamos hablando de algo muy serio, muy por encima de si un determinado territorio necesita una carretera, un colegio, un hospital o más personal para atender los servicios públicos. Se trata de que está en riesgo la supervivencia de cientos de explotaciones agrarias y ganaderas o de que los vecinos puedan abrir el grifo de sus casas. Por ello, no se entiende la bola que han generado la Diputación de Córdoba, la Junta de Andalucía y la Confederación Hidrográfica (que es el Gobierno central) en torno a este tema.

Si repasamos la gestión del agua y de las infraestructuras ya realizadas o aún pendientes en el norte de Córdoba, uno llega a la conclusión de que aquí cada uno trata de defender a sus siglas políticas y deteriorar la imagen del adversario, mientras que el ciudadano mira atónito tan lamentable espectáculo. Por si alguien se ha perdido, la Junta aboga por paliar la falta de agua con una conexión entre los embalses de Puente Nuevo (Espiel) y el de Sierra Boyera (Belmez), mientras que la Diputación y la CHG apuestan, como una solución provisional, por una toma de agua en superficie desde el pantano de La Colada (El Viso) con Sierra Boyera.

Entre todos tendrán que buscar cuál es la mejor salida y ver quién la financia, pero poco ayudan a tranquilizar a la población si andan todo el día a la gresca. Hay muchos hechos, demasiados, en la gestión del agua en el Guadiato y Los Pedroches en los últimos 20 años que ponen en evidencia a PSOE y PP, que han adoptado una postura o su contraria en función de si en ese momento gobernaban o no. Son las miserias de la política.

Pero si se acude a los datos, hay algunos que son irrefutables. En septiembre de 2020, el embalse de Puente Nuevo estaba al 22% de su capacidad con 67 hectómetros cúbicos de agua y el de Sierra Boyera al 32% con 13 hectómetros. La amenaza estaba ahí y, sin embargo, nadie dijo nada ni se adoptaron medidas. Mientras, el pantano de La Colada sigue siendo una playa, porque las redes de distribución para transportar el agua no están construidas. El PSOE en la Junta dejó abandonado -una vez más- al norte de la provincia y paralizó esas obras sin explicación alguna. Luego llegó el PP al gobierno andaluz -diciembre de 2018- y se comprometió a retomar la iniciativa. Y lo hizo, pero licitó la redacción del proyecto en julio de 2020, tardó un año en adjudicarlo (agosto 2021) y ahora de pronto dice que va a acortar los plazos y que habrá una encomienda de las actuaciones a una entidad pública en lugar de una adjudicación a una empresa. Demasiados vaivenes y mucho pavoneo en las filas populares por cumplir con lo prometido, pero con escasa previsión por lo que se ha visto hasta ahora.

El Gobierno central tampoco ha ayudado al negarse a declarar como emergencia las obras para estas comarcas pese a la situación de sequía, dejando en evidencia a sus compañeros socialistas en instituciones locales y provinciales (sobre todo la Diputación de Córdoba), que ya no saben qué hacer para tapar la ineptitud del Ejecutivo de Sánchez.

Y lo peor es que, dependiendo de la versión que se escuche -la del PSOE o la del PP-, todos tienen argumentos y razones para defender sus postulados. Un síntoma claro de que las medias verdades (que son la peor de las mentiras) se imponen. Apelar a que rebajen el tono y que se dediquen a gestionar con eficacia es casi una quimera, pero es lo menos que deberían hacer por respeto a esta tierra. Si es que alguna vez lo han tenido.

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