Manual de resistencia

No sabemos si el contrataque de Pedro Sánchez será eficaz, pero rápido y con intención sí que lo ha sido

Si Alberto Núñez Feijóo pensaba que los resultados electorales de las elecciones del domingo iban a terminar ablandando la mandíbula de hierro de Pedro Sánchez, ya puede desengañarse. Feijóo nos quiso colar la segunda vuelta con el rollo de la lista más votada y también un turnismo 2.0 con la excusa de los dos partidos moderados (sic). “Ja, ja, ja”, ha respondido el resistente de manual.

Ese “ja, ja, ja, ja” de Pedro Sánchez es la traducción a politiqués del adelanto electoral. O a ver qué otra explicación tiene. Adelantando las elecciones, Sánchez elige adelantarse. Quiere recuperar la iniciativa y lo hace exprimiendo hasta la cáscara amarga sus atribuciones constitucionales, incluso forzando un tanto los trámites. Para empezar, nos recuerda que aquí manda él.

Pero no es un repente de autócrata contrariado. Por el contrario, ha echado sus cuentas. Quiere sumar (ahora sí, Yolanda, aunque sin ti) todos los restos de la izquierda. Son prácticamente la mitad del electorado. Si los consigue poner a todos tras de él, la cosa sería otra cosa. Con este movimiento audaz, deja muy poco margen de maniobra y de recuperación a los votantes y a los otros líderes de la izquierda. Si no le sale bien, le saldrá regular; y depositará a su partido en la oposición con muchos votos prestados de otras formaciones de izquierda.

Por último, necesita que el PP hocique con Vox. Ya dije a Feijóo que era mala idea contribuir a demonizar al partido a su derecha. Ahora o pacta con Abascal, y da munición a Sánchez para que movilice a sus bases con el espantajo que el mismo Feijóo ha contribuido a forjar, o regala al PSOE plazas fundamentales, dándole victorias icónicas al adversario y molestando a grupos significantes de sus votantes que no terminarán de entender el cordón sanitario del PP a Vox, partido que votan sus hijos, sus hermanos, sus amigos… La mano tendida de Feijóo a Sánchez para lo de la lista más votada era darle la mano a un pistolero zurdo.

El resiliente resistente residente en La Moncloa no va a dejar su colchón tan cómodamente. Para la supervivencia del PSOE sería más prudente un paso atrás de Sánchez y que un líder blando y socialdemócrata pasase por un purgatorio pactista de la mano de Feijóo hasta poder marcarse un Ave Fénix y resucitar de entre las cenizas en las que han dejado a España y al régimen del 78. Pero Sánchez está dispuesto a quemar sus naves, y a nosotros con ellas.

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