La ejemplar labor de la Brigada Guzmán El Bueno en Líbano: "Más que presión, sentimos el peso de la responsabilidad"
Ejército
Los militares de Cerro Muriano cuentan su experiencia en el país árabe como integrantes de Unifil durante seis meses de misión en pleno conflicto entre Israel y Hezbolá
Margarita Robles: "Invertir en defensa es invertir en algo tan importante como la paz"

Córdoba/A mediados del pasado mes de mayo regresaron centenares de militares de la Brigada Guzmán el Bueno X, con base en Cerro Muriano, tras haber estado desplegados durante seis meses en el sur de Líbano como integrantes de la Brigada Líbano XLII (Brilib XLII) de Unifil. Los efectivos cordobeses dieron así continuidad "al compromiso con la paz y la seguridad de España, en el marco de la misión de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (Unifil)", una participación nacional que comenzó en 2006 como parte de la operación Libre Hidalgo con el objetivo de desempeñar "un papel fundamental en el mantenimiento de la paz en la región, liderando el Sector Este de la misión desde la base Miguel de Cervantes, ubicada cerca de la localidad de Marjayún".
Cumplido el periodo de rotación de la Brigada Guzmán el Bueno X en Líbano un año más, la institución armada ha facilitado a el Día de Córdoba el acceso a entrevistar a dos de los protagonistas que han servido en la misión en el país libanés para conocer desde dentro cómo ha sido el día a día de los militares de Cerra Muriano en su labor de velar por la paz en una zona de conflicto como es la frontera de Líbano con Israel, que precisamente ha sido objeto de diferentes ataques en los últimos meses por la tensión entre las fuerzas armadas israelíes y Hezbolá (grupo paramilitar musulmán chií libanés).
Víctor Carrera es teniente coronel y jefe del batallón Princesa del regimiento La Reina de la Brigada Guzmán el Bueno X. Su primera misión en el extranjero fue en Bosnia y Herzegovina como teniente. A sus 46 años, la de Líbano ha sido su cuarta misión militar. En el país árabe estuvo ya en 2012 y 2020, pero el año pasado decidió que debía volver a dejarlo todo para cumplir con el deber de servir a su país y a la comunidad internacional. Allí hay un dicho muy claro que explica bien lo que ha sido esta misión: "Todos los días son lunes en Líbano".
"Inicialmente, la situación era muy compleja por la alta tensión entre las dos partes, por lo que centramos todos nuestros esfuerzos en informar de todo lo que pasaba. Dar testimonio de cualquier violación del mandato que se produce por las dos partes. Gracias a Dios la situación fue mejorando con el cese de hostilidades y nos centramos en hacernos presentes en todos lados, es decir, analizar el grado de viabilidad de las rutas, qué grado de destrucción habían sufrido las poblaciones y el apoyo ingeniero para abrir esas rutas de escombros y material de guerra", explica el teniente coronel Carrera, quien también destaca que, tras el acuerdo entre los dos países, pudieron "retomar las actividades de relación con la población".

El pueblo libanés pudo volver a sus casas gracias a que las tropas de la Bri X les hicieron "sentirse seguros". Y es que, mientras Unifil y el contingente español estuviese a su lado "tienen la seguridad de que no va a pasarles nada". Como recalca el teniente coronel Carrera, tras el cese de hostilidades entre Israel y los grupos terroristas locales, a la zona de conflicto regresaron las Fuerzas Armadas Libanesas, que se reubicaron en sus antiguas bases. Eso permitió al gobierno del Líbano retomar su soberanía: "En todo ese periodo les apoyamos y les acompañamos. Comprobábamos que no había fuerzas israelíes en la zona antes que ellos desplegaran, abríamos rutas y retirábamos material de guerra, es decir, retomamos nuestras actividades principales".
"Ante esta situación de conflicto, más que presión sentimos el peso de la responsabilidad. Que la seguridad de tu personal depende de tus decisiones te obliga a mantenerte alerta y preparado. Por eso nos preparamos no solo para la misión, sino en todo nuestro que hacer diario. Una enseñanza que sacamos de esta operación es que nuestra preparación es una garantía y que podemos cumplir cualquier cometido", asegura el teniente coronel Carrera, quien, de su cuarta misión internacional se queda con "la responsabilidad" de la Brigada con la población libanesa: "Para muchos somos su único hilo de esperanza y que cumplamos nuestra misión tiene un efecto positivo en ellos", señala con agradecimiento.
Entre los profesionales forman "una familia". Desde el general hasta los cuatro batallones que componen la Brigada Líbano XLII: uno indio, uno indonesio, uno nepalí y el batallón español. En el día a día, el contingente español cuenta con diferentes unidades: el cuartel general liderado por un jefe de estado mayor que auxilia al general en la toma de decisiones; una unidad de cuartel general; una unidad de caballería; una unidad de ingenieros; la unidad de transmisiones; una unidad de vigilancia radar; una unidad civil; y una unidad logística.
De la unidad de Ingenieros, Ángel Chico, fue el sargento y jefe de pelotón durante la misión en Líbano, la primera de sus misiones en el extranjero con solo 28 años. La especialidad de ingeniero zapador ha tenido dos momentos de actividad diferentes divididos en los dos primeros meses, durante "el periodo de guerra", y los tres últimos con el cese de hostilidades acordado. "Los primeros meses realizamos trabajos con una especial atención y alto esfuerzo físico sin tener una rutina. La principal labor fue el reconocimiento de itinerarios con limpieza y confirmación de que la ruta está fuera de peligro o avisar al equipo de desactivación si había minas. Nos vimos muy agradecidos por la población libanesa al realizar esa limpieza de itinerarios porque pudieron volver a sus casas", comenta el sargento.

Otras labores han sido el retirado de obstáculos que impedía a los equipos de Unifil la libertad de movimientos, para la que han contado con un equipo cinológico con perros adiestrados y un equipo de maquinaria pesada. En los tres últimos meses, "tras alcanzar la paz", la unidad consiguió al fin una rutina. "Aunque siempre hay imprevistos, pudimos ayudar a la población e implementar labores de fortificación apoyada por otros ejércitos en nuestra zona de operaciones", indica el Sargento, quien destaca "la gran responsabilidad" de la misión en la que las tropas españolas asumen "un papel fundamental que era mediar en este conflicto" que ha tenido "un progreso positivo" durante la estancia de la Bri X.
Agradecido por el éxito de la misión y por "la confianza del pueblo libanés" en el ejército español, el sargento asegura que, sin duda, lo más difícil ha sido "la distancia con las familias". "Te das cuenta de que la vida continúa en España mientras estás lejos, aunque el trabajo ha sido tan intenso que la cabeza la teníamos totalmente contra la misión. Eso nos hacía seguir para adelante con nuestro espíritu de sacrificio que nos ayuda a poner por delante el bien común del propio", explicado el Sargento, orgulloso también de haber liderado una unidad formada por seis soldados, un cabo y él. Ya de regreso a Córdoba y con un periodo de vacaciones que todos van a disfrutar, la satisfacción del trabajo bien hecho impera en una Brigada Guzmán el Bueno que es un ejemplo internacional.
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