Corren malos tiempos para el Córdoba CF, anclado en Segunda RFEF y con la obligación de ajustar su realidad a un presupuesto modesto, que alejará los grandes nombres de El Arcángel. Pocos son los que quieren quedarse, y más si lo tienen que hacer perdiendo dinero. Javi Flores es la excepción en blanquiverde, un cordobés y cordobesista que regresó a casa para ayudar al club y que no ceja en su empeño. El enésimo gesto de compromiso del capitán bien merece un poco de memoria por parte del aficionado cuando vengan mal dadas. El de Fátima arrima el hombro en el peor momento. Honor para él.

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