Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

España-Brasil, cartel de lujo por el oro

Ambos cuentan con una medalla áurea, por lo que la cita de hoy toma carácter de desempate

Con el ánimo a media asta por la marcha del mejor futbolista que vieron estos que ha de comerse la tierra y achacándolo a esta plaga que nos acosa con deseos de derribarnos, toca final olímpica. Como en Sydney hace veintiún años vamos a pelear por el oro y no será contra un cualquiera sino con Brasil, que, además, es el vigente campeón de la cosa. Lo cierto es que ya toca para lo que nos auguraban algunos que no serían tan iluminados.

Ambos partían como favoritos para alzarse con el oro olímpico y lo de hoy es, además, un desempate, ya que tanto España como Brasil cuentan con una medalla de oro en su recorrido. España la ganó en Barcelona 92 gracias a aquel recordado gol de Kiko Narváez a Polonia, mientras que Brasil se hizo con ella en su casa hace cinco años. Es este partido un clásico que jamás se dio en los Juegos Olímpicos, por lo que la motivación de ambos resulta ciertamente indudable.

Tiene este partido de hoy en el suntuoso Yokohama de Tokio muchas teclas que tocar y una de ellas es que en la canarinha militan dos futbolistas que vistieron la camiseta sevillista, el incombustible Dani Alves y el lateral zurdo Arana, más uno que la luce en la actualidad, el ciclópeo Diego Carlos. Y ante esa defensa filosevillista habrá de comportarse el sistema atacante de una selección, la española, que sólo se familiarizó con el gol la tarde grande con Costa de Marfil.

Imaginando que Dani Ceballos va a ser duda hasta el final, existe otra incógnita que atañe al dibujo, la de si jugar con ariete puro, léase Rafa Mir, o volver a la idea primigenia del nueve errante que deje sin referencia a la defensa brasileña. Nada más y nada menos que el oro olímpico en el aire para ponerle el debido remate a una competición en la que algunos vaticinaron que sería para España y que, con el discurrir del torneo, ya son muchos más los que creemos que así puede ser.

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