Qué poquitas horas llevas de propósitos y qué poquita voluntad tienes! ¿Tú te piensas que yo, en algún momento del día de ayer, me creí que lo ibas a conseguir? ¡Venga ya, hombre, si llevas lo menos diez años diciéndolo y no has sido capaz! Déjate de tonterías: ni has dejado de fumar ni lo vas a hacer. Resulta un poco patético que vayas a afeitarte corriendo porque te quieres escapar a la calle rapidito, que además hoy es festivo, para fumarte un pitillo escondido, de cuatro caladas y media. Solo falta que te vayas a marear, como si fueras in chiquillo...¡Ah, que te mareas...! ¡Si es que eres más tonto!

Ya. Y lo otro. Lo del gimnasio. Que de este año no pasa, que esta vez sí que sí. Que te hace falta, que ya tienes unos años, que esa barriga, que la espalda que te duele... Todo lo que diga no te va a servir. No solo deberías hacer deporte desde hace mucho tiempo; es que no te mueves nada, porque eres muy perro. Sí. Muy perro. No me pongas ni una excusa, que para eso eres un hacha...¡fenómeno! Mira, si te tomaras algo en serio lo tuyo, te pondrías a perder peso desde ya. Te has pasado estas navidades, como siempre. Pero es que te pasas un montón siempre. Comes rápido y mal a diario, con el rollo de que no tienes tiempo (que luego lo sacas para lo que quieres, hasta para escribir las chorradas esas que mandas al periódico) y al final del día cenas como si fueras un mulo. ¡Y las pipas después no te faltan! ¿Moverte? ¡Cero! Te engañas pensando que ir al trabajo andando es bastante...¡Si son diez minutos escasos y te pasas el día sentado! Pero, vaya, tú sigue así...cuando te des cuenta, no vas a poder ponerle remedio. Y vendrán los lamentos. Yo te aviso.

Y, para colmo, lo del trabajo. ¿Qué rollo es ése de que menos es más? ¡Menos es menos!¡ Si es que no se puede ser más capullo que tú! Lo que tienes que hacer es pensar cómo te lo vas a montar para sacar más rendimiento del que consigues y si eso pasa por echar más horas, ver lo justo a los niños y estar en casa cuando puedas, pues te aguantas porque eso es lo que hay. ¿Qué te crees, que las cosas salen porque sí? Más tiempo, no menos. Si tienes que pringar el rato que haga falta, ajo y agua. Total, no creas que te van a echar de menos en la casa; se van a quedar igual.

Vaya. Que esto es como siempre. No vas a cumplir ni uno solo de tus propósitos. Tenlo claro. ¿Qué pasa? ¿Ya has terminado? Si te queda todavía un poco de pelo por la patilla y no te has quitado bien la espuma...¿Qué carajo tienes en la mano? ¿Eso qué es? ¿Un martillo? Pero serás...

Y salió, con cuidado de no pisar los cristales, con una sonrisilla juguetona, feliz por haber cumplido su primer propósito. Iba a ser un buen año.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios