El asunto de la quema de contenedores -que no es nuevo- se está convirtiendo en un verdadero quebradero de cabeza para el gobierno municipal y para la empresa Sadeco. Desde el año 2016 hasta principios de este mes de agosto, el vandalismo ha acabado con casi 630 depósitos de residuos, lo que a su vez se traduce en un coste para las arcas municipales de más de 620.000 euros, un dinero que es de todos y que supone un desembolso importante para paliar los daños que de manera intencionada realizan unos desalmados que merecen estar a buen recaudo por su probado incivismo.

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