ARISTÓTELES se equivocó tres veces. La primera cuando extirpó la sensibilidad de la filosofía. Su pensamiento regresó a Europa a través de una interpretación tendenciosa de las traducciones de Ibn Rush, permitiendo el segundo renacimiento en Italia y la ilustración francesa. El remake aristotélico alcanzó su cénit en el apotegma cartesiano pienso, luego existo. Nos engañó a todos. El monopolio de la razón nos aboca al utilitarismo, al maquinismo, a la sinrazón del sin vivir. Las dos guerras mundiales se declararon en nombre del racionalismo sin sentimientos. Por eso yo pienso y siento, luego existo. Aristóteles se equivocó por segunda vez cuando dijo que en el término medio está la virtud. No. La mitad es el barbecho de los mediocres. Y de los injustos. Quien se coloca entre el asesino y la víctima, justificando en parte al primero para culpar en parte al segundo, no es independiente ni neutral: es un cobarde. Su tercer error fue el más grave. Aristóteles decía que el hombre solitario es una bestia o un dios. Rousseau apostó por la bestia. Ibsen por el dios. Y yo afirmo que el hombre solitario es bestia y dios.

Un hombre solitario atropelló a un adolescente causándole la muerte. Según el atestado policial conducía bajo los efectos del alcohol y a más velocidad que la permitida. El juez archivó la causa porque el imputado no llegó a alcanzar los límites delictivos marcados por la ley. Tres años después, el hombre solitario apela al racionalismo legal, a la frialdad de las normas, para exigir una indemnización a los padres del fallecido por los daños que sufrió su vehículo. Ayer lo vi por la tele. Se considera una segunda víctima. No comprende la queja de los padres: "ellos han perdido a su hijo para siempre pero los daños a mi audi siguen sin pagar". A cualquiera con un átomo de sensibilidad le provocaría náuseas su discurso. Incluso al fiscal que debe informar del caso al Juez. Pero la ley, la máxima expresión del racionalismo, carece de sentimientos. Y el fiscal y el juez se deben a la ley, no a sus corazones. Espero que tampoco busquen el término medio porque no hallarán virtud sino mierda. Se convertirán en hombres solitarios. Tan bestias y dioses como él. ¿Por qué digo dioses? Aristóteles se refería a dios no como alegoría de la bondad sino como ser creador omnipotente. El hombre solitario reduce la humanidad a las costuras de su cuerpo. Todo es él. Ayer también leí que Craig Venter y su equipo de científicos han anunciado que crearán una bacteria de la nada. Un ser vivo con materiales sintéticos. Llamarán a la criatura Mycosplasma genitaliun y con ella demostrarán la certeza de la primera frase del génesis y que dios era humano. Tengo miedo. Por buenas y legales que sean sus intenciones, esta maldita bacteria será faústica y carecerá de alma como los hombres solitarios que la crearon. Abomino del racionalismo. La única religión que ha inventado occidente. La peor de todas. Porque terminará con la única humanidad en la que creo: la que siente.

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