1.494 euros

Por montera

Cuánto nos cuesta la corrupción cada año en España? Diga una cifra, atrévase, sin timidez. Le aseguro que se va a quedar corto. Mire, un informe del Grupo de Los Verdes / Alianza Libre Europea, basándose en datos de la Comisión Europea y de la oficina de estadística comunitaria, nos coloca en el sexto lugar de la Unión al respecto. Diga una cifra, insisto. Anímese. ¿No? Pues verá, siéntese: 90.000 millones de euros cada año. Ha leído bien. 90.000 millones cada año. Eso supone un 8% del producto interior bruto. Cuatro veces la cuantía de lo destinado a las ayudas a parados. O el equivalente al presupuesto para salud. Una cifra muy cercana a lo que se destina a pensiones. En la suma de los 28 miembros comunitarios, la cifra de lo que se llevan los corruptos asciende a casi un billón, con B, sí, no se trata de una errata: 904.000 millones anuales. Estamos ante un agujero negro económico y moral que amenaza a la estabilidad continental. Los agujeros negros atraen todo, y por ahí se está yendo gran parte de nuestros esfuerzos. El documento tiene su miga, porque da donde más duele, y es que hace el cálculo de a cuánto tocamos cada año por ciudadano en España dividiendo el total de las pérdidas entre el número de habitantes: 1.949 euros por cabeza. ¿Cuántos son en su casa? Multiplique. Pero la corrupción no sólo es un mal cuantitativo, a tenor de las cifras anteriores. Es aún peor. Porque un sistema corrupto ejemplifica lo que se puede hacer y lo que no, los límites hasta donde se debe llegar para mantener la convivencia, ordenar la sociedad y responder a los retos, que, como vemos, no son pocos. Si la corrupción nos está costando casi tanto como la sanidad al año, ¿hacia dónde vamos? “La mujer del César no sólo debe ser casta, sino parecerlo”, decían los romanos. Dándole la vuelta, podríamos decir que el sistema no sólo ha de fingir ser limpio, sino serlo de verdad. Sin mácula, frente una ciudadanía atosigada por impuestos y por problemas que se perciben como creados precisamente por los responsables de hallar soluciones. La lucha anticorrupción es crucial. El descrédito del escenario jamás había llegado a este punto, desbordándose por las márgenes de la paciencia de gente asfixiada vía impuestos y que se pregunta el destino de todo eso que se recauda para sostener lo común. ¿O para sostener a quién? 90.000 millones de euros. 1949 por persona. 1949 euros suyos. 1949 euros por cada miembro de su casa. ¿En qué podría gastarse usted los suyos, los que se le han evaporado a causa del calor de la corrupción? Seguro que no le faltan ideas.

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