Análisis

Roberto Scholtes

Un castigo excesivo a las eléctricas

Las eléctricas cotizadas en Europa caen de media un 10% este año, y mucho más los generadores de energías renovables. El sector se ha enfrentado a una “tormenta perfecta”, con intereses más altos que amenazan la cuenta de resultados y deprimen las valoraciones, enorme volatilidad en los precios de la energía, cambios regulatorios (con impuestos extraordinarios y límites a las tarifas a los consumidores más vulnerables) y problemas en la instalación de parques solares y eólicos.

Los futuros del MWh –la referencia de los contratos de suministro a largo plazo– se han hundido en los últimos meses por el menor coste del gas natural (la fuente de generación marginal) y de los derechos de emisión de CO2, provocando una rebaja generalizada de las previsiones de beneficios.

Pero desde este punto, los riesgos parecen acotados y ya están descontados en las deprimidas valoraciones. El gas tiene poco margen para caer mucho más por la fuerte demanda asiática, los mayores costes de transporte y la estabilidad del barril de petróleo, y el recargo por las emisiones de CO2 se irá encareciendo conforme la UE recorte los derechos concedidos.

El sector cotiza a PER 12,2x, por debajo de su media histórica y del conjunto del mercado. Un descuento anómalo dado el crecimiento en renovables y redes de distribución, un endeudamiento sostenible y dividendos del 5,5%. Así que puede ser buen momento para aprovechar las caídas, preferentemente en las eléctricas integradas, más diversificadas, menos sensibles al precio del MWh, y que acapararán los futuros beneficios por el arbitraje entre los muy distintos precios de la electricidad a lo largo del día.

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