Gumersindo Ruiz

Expectativas empresariales ante 2024

Tribuna Económica

30 de enero 2024 - 00:15

Publica el INE la situación en que se encuentran los establecimientos empresariales a final de 2023, según la opinión de quiénes los representan, sus expectativas para el primer trimestre de 2024, y un índice de confianza como media geométrica de ambos (pues uno puede ser negativo y otro positivo). Se obtiene sobre una muestra de 8.000 empresas, no se desestacionaliza, tampoco se pondera –o sea cada uno es un voto–, las opiniones “normales” son neutras, y se saca la diferencia entre opiniones favorables y desfavorables, y en porcentaje, de manera que puede ser más 100 si todos son favorables, o menos 100, si todos son desfavorables. En este caso la situación resulta en un 8,1% positivo al ser más los favorables que los que no; la suma de expectativas es 1,6% negativa; y el índice de síntesis mejora un 0,6% respeto a la encuesta anterior, con el máximo en Aragón, 4,1%; y en negativo Galicia, La Rioja, Cantabria y Baleares.

El IECA detalla los datos para Andalucía donde los indicadores de situación y expectativas siguen la tendencia del total nacional, y son respectivamente positivos y negativos, pero el indicador de síntesis está claramente por encima de la media española, con crecimiento de 1,4%; es negativo en Huelva y Málaga, y las más positivas son Sevilla y Cádiz. Hay mayor confianza en los establecimientos de más de 1.000 empleados, y bastante menos pero positivo en los de hasta 9 empleados, en los demás cae la confianza; la industria, comercio y construcción son los más positivos, y el transporte y hostelería negativos. Hay información sobre el empleo que en general es positiva, aunque las expectativas para este primer trimestre no lo son tanto. Se señala que la limitación más importantes para la actividad es la escasez de mano de obra, que paradójicamente en Andalucía se da con un desempleo muy elevado, y nos lleva a plantear las consecuencias del Covid-19 en las muertes y jubilaciones anticipadas de personal cualificado que no es fácil sustituir, las secuelas de la enfermedad, y la reducción de mano de obra inmigrante adaptada a las necesidades de empleo. En cuanto a los precios hay un porcentaje significativo de establecimientos que los han subido, aunque se reduce en más de 10 puntos porcentuales los que tienen expectativas de subidas. No es extraña esta contención, pues la segunda limitación que se señala para la actividad empresarial es la reducción de la demanda, que hasta ahora se ha venido manteniendo por mejoras en renta disponible y empleo, y las exportaciones, que muestran en la encuesta una dinámica positiva. Una idea destacable es que las estadísticas suelen estar bien hechas, y tanto el INE como el IECA tienen una tradición de solvencia profesional. Las limitaciones y alcance de los trabajos pueden valorarse con la información que proporcionan sobre cómo se elaboran, y no tienen razón quienes cuestionan los resultados y las instituciones cuando no les gustan. Los estadísticos quizás estarían de acuerdo con Henri Matisse, que como pintor decía: “La exactitud no es siempre la verdad”, y con el pensamiento no menos fino de John Milton, que como poeta veía la dificultad de mostrar la verdad de las cosas: “Duros son los caminos de la verdad –dice– y difíciles de andar”.

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