Patrimonio

El paraíso terrenal y celestial de Medina Azahara

  • La reconstrucción del Salón Rico trae consigo el descubrimiento de detalles en torno a los Omeyas y sus creencias

Un visitante, en el exterior del Salón Rico.

Un visitante, en el exterior del Salón Rico. / Salas / EFE

La fachada del Salón Rico de Medina Azahara, ciudad califal del siglo X declarada Patrimonio Mundial, será restaurada en septiembre, pero su interior guarda aún un enigma interesante: la interpretación de su decoración que sugiere la idea del paraíso terrenal y celestial concebido por los Omeyas. Según ha explicado a Efe el director de Medina Azahara, Antonio Vallejo, hasta los años 60 del pasado siglo no se inician los trabajos de restauración estructural del Salón debido a la destrucción que presentaba y a la enorme complejidad que suponía, por lo que la decoración interior del edificio se tuvo que posponer.

"Félix Hernández necesitó una década para entender cómo era la fachada y luego necesitó mucho tiempo para ver cómo podría hacer la composición decorativa. De hecho existen diversos planteamientos, y nunca llega a ser un plano definitivo de la fachada", subraya Vallejo. Y es que la recomposición de las "centenares de miles de piezas de ataurique" (tablero decorativo con motivos vegetales) que se hallan en el yacimiento supone una "complejidad enorme", ya que forma un "puzle" en el que "no existe modelo o patrón conocido".

Para conocer la organización decorativa de los tableros de piezas labradas sobre las piedras del edificio se han utilizado multitud de técnicas, hasta un programa informático que dibujara modelos interpretativos de cómo sería la decoración exacta. "Pero no son precisos y sería como falsear la realidad", asegura Vallejo, quien aclara que "sin una guía y sin un patrón concreto no es posible asegurar a ciencia cierta cómo sería el dibujo labrado por los maestros artesanos".

El director de Medina Azahara, Antonio Vallejo, revisa algunos planos. El director de Medina Azahara, Antonio Vallejo, revisa algunos planos.

El director de Medina Azahara, Antonio Vallejo, revisa algunos planos. / Salas / EFE

La utilización del ataurique fue muy novedosa en la decoración tanto en Oriente como en Occidente. Por una parte, "se crea la estructura" con "piedra calcarenita", mientras que con otra piedra diferente, procedente de las canteras de la Subbética y sobre la que "los maestros van labrando primero y van dibujando la decoración", se "va forrando el edificio".

"Hemos comprobado a partir del eje de simetría que han entrado manos distintas a un lado y a otro, es decir, que la calidad de la decoración es diferente a cada lado", enfatiza Vallejo, quien recuerda que el ataurique "no fue un objeto preferencial de expolios". "Lo importante era la piedra, y para acceder a ella el ataurique tiene que ser desmontado", lo que provoca que "quede fragmentado en miles de piezas entre los escombros".

Pero esas centenares de miles de piezas tendrían que tener algún propósito en su conjunto, y su interpretación ha sido objeto de numerosas investigaciones en los últimos años que se han centrado en valorar cuál es la significación de ese programa decorativo. "Esos tableros se identifican con árboles de la vida en referencia a la propia familia Omeya, por lo que serían los árboles del califato. Sería como una cierta representación de la riqueza del linaje de los Omeyas, tanto de los de Oriente como los de Al-Ándalus", según Vallejo.

Pero para otros investigadores esos árboles serían "una especie de traslación del paraíso", es decir, representarían "dentro del edificio lo que la naturaleza representa fuera en el jardín alto", por lo que "todo vendría a significar una cierta representación del paraíso".

Salón Rico de Medina Azahara visto desde el exterior. Salón Rico de Medina Azahara visto desde el exterior.

Salón Rico de Medina Azahara visto desde el exterior. / Salas / EFE

Sin embargo, esos tableros "de la zona inferior de los árboles de la vida" no pueden verse "descontextualizados de toda la decoración dispuesta en el alzado", donde existen unos "polígonos de forma de estrellas en distintas composiciones que vendrían a representar el cosmos", expone el director del yacimiento.

De esta manera, al acceder al salón se contemplaría el paraíso terrenal primero y a medida que se va avanzando en altura "veríamos el firmamento de estrellas y de planetas", por lo que el Salón Rico podría ser interpretado "como una cosmografía", una representación del cosmos "en cuyo centro se situaría el soberano, el califa". Ideas y propuestas aún por confirmar en nuevas fases de investigación pero muestran la riqueza de un yacimiento "lleno de sorpresas aún por descubrir", concluye Vallejo.

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