Campiña Sur

Los modelos de la expedición de Magallanes y Elcano esperan en Puente Genil, sin puerto de llegada

  • El cordobés Antonio Hierro, autor de las réplicas, las conserva a la espera de que se defina su destino final

Antonio Hierro muestra una de las réplicas.

Antonio Hierro muestra una de las réplicas. / Rafa Alcaide / EFE

Los modelos de las naves de la expedición de Magallanes y Elcano, entre las que está la que terminó por protagonizar la primera vuelta al mundo, La Victoria, están pendientes de su destino final tras ser mostrados en la exposición que conmemoró el quinto centenario de la circunnavegación.

El modelista autor de las réplicas, el cordobés Antonio Hierro, señala que entre las opciones que existen para albergar la primera reproducción de esta flota están el Archivo de Indias, donde se expusieron entre septiembre de 2019 y febrero de 2020, en Montellano (Sevilla), Puente Genil, las Reales Atarazanas de Sevilla y los Reales Alcázares de la capital hispalense.

Las que pasan por ser la mayor aproximación a su diseño real de las cinco naves, Trinidad, que era la capitana; Concepción, Santo Antonio, Santiago y Victoria, que fue la que dio la vuelta al mundo al mando de Elcano, se encuentran en una vivienda de Hierro en el término municipal de Puente Genil a la espera de que se defina su destino final.

Allí, el modelista, recuerda, en una conversación con Efe, que la profesora del Consejo Superior de Investigaciones Científica, ya jubilada, y académica de la Historia Enriqueta Vila Villar le persuadió para que, en el plazo de tres años, acabase la tarea que había emprendido por puro entretenimiento.

Hierro había empezado a reconstruir las naves con las que Magallanes y Elcano zarparon de Sevilla el 10 de agosto de 1519 y que terminó por constituir una de las gestas de la navegación en la historia de la humanidad.

A la americanista y a José Luis de Justo Alpañés, presidente de la Real Academia Sevillana de Ciencias, les llamó la atención aquello que Antonio Hierro les enseñó, aunque todavía estaba en ciernes.

"Los cascos todavía no estaban montados. Solo tenía el casco puro y duro, sin la jarcia y la arboladura. No tenía otra cosa", explica el modelista, miembro de la Asociación de Amigos del Modelismo Naval Histórico Estático y de Investigación La Fragata, a quien la cuestión que le plantearon entonces fue conforme a qué documentación estaba realizando los barcos.

Hierro es prudente a la hora de plantear la respuesta, porque la fidelidad de las reproducciones es tal, asevera, que la documentación sobre la que ha basado su trabajo, cuya totalidad no desvela, irá al lugar que destinen a las cinco naves de la expedición de Magallanes y Elcano.

De todas formas, concreta que usó parte del Quatri partitu, un tratado español en cosmografía práctica de Alonso de Chaves, editado en el siglo XVI en México para evitar el espionaje de los portugueses, la otra potencia naval de la época, y que recoge un vocabulario náutico.

A su juicio, las naves "se asemejan en más del 80% a como pudieron ser" las originales, según los cálculos para el arqueado del casco conforme a las fórmulas de Tomé y Cano, un marinero canario diputado de la Universidad de Mareantes de Sevilla.

También asume que "he tenido la suerte que hurgando en los archivos" ha encontrado documentación que le ha permitido dotar de fiabilidad a los modelos con datos "que en quinientos años no han visto la luz”.

Entre los posibles destinos de las maquetas, prefiere que sea la sala dedicada a los navegantes en los Reales Alcázares de Sevilla por el volumen de visitas diario que recibe y porque es "donde se fraguaba todo lo que eran las armadas, las partidas" y no en "lo que hoy conocemos como Archivo de Indias, que era la lonja, por decirlo de alguna forma".

Toda la conversación con Antonio Hierro está trufada de afirmaciones históricas en las que justifica sus modelos, como la que mantiene sobre la biografía de Ana María Soto y Alhama, la primera mujer infante de marina, natural del municipio vecino de Aguilar de la Frontera.

Uno de sus objetivos es la construcción de la fragata Mercedes, en la que embarcó la primera mujer infante de marina y que se plantea como la primera de una serie de naves en las que la militar luchó por la Corona, como la Dorotea o la Balbina.

Mientras que se afana en modelar la Mercedes en el taller de su parcela del núcleo de Los Arenales, que está aún en el esqueleto del casco, la armada de Magallanes y Elcano se mantiene en formación en otro inmueble del terreno pendiente de su arribo final.

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