Puente Genil recuerda a Fosforito: "Su muerte es una pérdida irreparable para el arte, y no solo el flamenco"

El cantaor mantenía el contacto con su tierra natal, donde respaldó el Festival de Cante Grande que lleva su nombre

Muere el cantaor Antonio Fernández Díaz 'Fosforito', leyenda del flamenco

Fosforito en Puente Genil el pasado agosto, en el homenaje a Juan Ortega
Fosforito en Puente Genil el pasado agosto, en el homenaje a Juan Ortega / Cabezas

El impacto del fallecimiento de Antonio Fernández Díaz Fosforito se ha sentido de lleno en Puente Genil, la villa que lo vio nacer hace 93 años, y es que a pesar de residir desde hacía décadas en Málaga, el maestro nunca perdió el contacto ni con su tierra ni con su gente. El Festival de Cante Grande que lleva su nombre, y que este pasado verano cumplió 59 ediciones, siempre era el hilo conductor para el reencuentro con buenos amigos y compañeros de profesión. Nunca se perdía esa cita de la que fue precursor a finales de la década de los 60 del siglo pasado, y por eso, por su huella profunda en la cultura local, la noticia ha consternado por completo a sus paisanos.

Uno de los más afectados por la luctuosa pérdida ha sido el maestro Juan Ortega Chacón, con el que Fosforito compartía una amistad entrañable desde hacía muchísimos años. El cantaor, pese a no encontrarse demasiado bien de salud en verano, acudió al acto de homenaje a Juan Ortega, al que se dedicó el Festival de Cante Grande, acompañado por su esposa Maribel, una cita que sirvió para que los dos amigos recibiesen un gran reconocimiento institucional. “Realmente estoy desolado y muy afectado porque el martes estuvimos hablando unos veinte minutos”, ha señalado Ortega, que recordaba esta mañana algunos fragmentos de la conversación con su amigo Antonio. “Maribel me decía que tenía que traerle un ramo al Terrible, pero Antonio decía que vendrían cuando estuviese el aceite fresco”, afirmaba con una mezcla de cariño e incredulidad aun por la trágica noticia.

“Fosforito era un artista inconmensurable e irrepetible, leyenda y bandera de Puente Genil, su muerte es una pérdida irreparable para el arte, y no solo el flamenco, porque Fosforito era mucho más. Se inmortalizó en su monumento en noviembre y noviembre se lo ha querido llevar”, señalaba con amargura. “Era una artista de otra época, otro contexto al actual, un hombre optimista y con una fuerza increíble y hoy únicamente podemos llorar, y desearle la paz que tanto se ha merecido. Es un día de lágrimas y luto para la gente del flamenco, el arte y la cultura. Maestro de maestros, con su marcha se cierra una época de ese flamenco un poco proscrito y muy devaluado y que él cambió asombrando a todo el mundo. Hoy únicamente puedo sentir admiración por un hombre irrepetible”, sentenció.

En la misma línea, otro de los hombres que en estos últimos años ha compartido muchas horas con Fosforito, ha sido el docente Álvaro de la Fuente, quien escribió un libro sobre su trayectoria vital y artística, un trabajo que ha sido premiado y que suele gustar mucho a sus alumnos cuando lo lleva a clase. “Creo que se nos va un genio de la música, trascendiendo incluso al flamenco”, asegura De la Fuente, quien destaca de Fosforito dos valores importantes: por una parte, “su labor como músico, ya que ha sido un genio absoluto de la música, y, por otra, su vida, que ha sido un testimonio de cómo un niño pobre en la miseria, fue capaz de convertirse en una persona muy importante a nivel mundial”.

Su trayectoria vital es un ejemplo para las generaciones venideras. Se nos ha ido el maestro, el último gran referente del flamenco, un hombre que ha conocido a todos los grandes”, destaca De la Fuente, quien recuerda que “ayer mismo estuve mandándole whatsapp, y estaba muy animado, había sido operado de corazón y cada semana iba mejorando”. “La verdad es que ha sido un palo muy grande y no lo esperábamos. Es un cantaor enciclopédico que nos deja una obra intensísima y maravillosa de la que beben todos lo que quieren ser cantaores”, añadió, afirmando que “en los últimos años he tenido una relación estrecha con él y verdaderamente estoy consternado”.

Ambos testimonios, los de Juan Ortega y Álvaro de la Fuente, son ejemplos de la tristeza que se vive hoy en Puente Genil, en un día triste y gris, donde el destino se ha llevado al pontanés más universal.

stats