Entrevista a Jorge García

Los Punsetes: "El 95% de las canciones de amor son tontísimas y muy mentirosas"

  • El grupo madrileño presenta el viernes 31 de enero en el Ambigú Axerquía su disco 'Aniquilación', un título inspirado por Miguel de Molinos, un místico del siglo XVII condenado por la Inquisición

Jorge García, Chema González, Ariadna Paniagua, Manu Sánchez y Luis Fernández.

Jorge García, Chema González, Ariadna Paniagua, Manu Sánchez y Luis Fernández. / El Día

Tras 15 años de carrera, seis discos y decenas de festivales a sus espaldas, Los Punsetes no deberían necesitar presentación, pues sus canciones de letras ácidas y mordaces son ya un clásico del rock español más en forma. El viernes tocan en el Ambigú su último álbum, Aniquilación (Mushroom Pillow, 2019), inspirado en un místico condenado por la Inquisición.

–Vienen a Córdoba a presentar Aniquilación. El anterior se llamaba ¡Viva! ¿Qué ha pasado en este tiempo para incitar directamente a la destrucción?

–Realmente, ni ¡Viva! había que tomárselo literal ni ahora tampoco Aniquilación. Son títulos muy contundentes, pero hay que acogerlos con distancia. El nuevo se llama así por Miguel de Molinos, un señor del siglo XVII a quien la Iglesia le hizo la vida bastante difícil, por decirlo suave. Era un místico que propugnaba que a Dios solo se podía llegar por la aniquilación del alma y de los deseos. Un día estábamos ahí de broma en el local y nos gustó esta idea para el título.

–Es la primera vez que se encargan de la producción tras varias grabaciones con El Guincho, ¿cómo ha sido este proceso?

–Hemos tenido que trabajar mucho más en el nuevo. En los últimos que habíamos hecho con Pablo, El Guincho [colaborador de Rosalía], estábamos muy cómodos y le dejábamos todo el marrón. Llegábamos a una especie de acuerdo, le decíamos nuestras intenciones, él trabajaba y hasta la mezcla no nos metíamos. En esta ocasión, Pablo mismo nos dijo que no necesitábamos a nadie, que éramos capaces. Y tampoco se nos ocurría nadie que nos apeteciese un montón. No sé qué pasará en el próximo...

–Suena a vuestro disco más variado, no sé si se debe a que han tenido más tiempo de meter mano después de la grabación.

–Es cierto que tiene más cosas. El anterior era más cerrado, con canciones más de guitarras. Y este es más suelto en cierto sentido. Incorpora algunos sintetizadores, tiene estructuras más largas, es más abierto... Para resolver el directo llevamos un sampler y algunos detallitos, además de las guitarras, la batería y el bajo.

–¿Cómo surge el acercamiento a Miguel de Molinos?

–En nuestros discos anteriores también hay muchas referencias a autores o a películas. Todos los componentes del grupo nos dedicamos al sector audiovisual, y ya habíamos hablado de John Cage o Alphaville. Nuestros textos están llenos de referencias a libros o a películas. En este por ejemplo está también Estela plateada, que cierra el álbum y que es un cómic, o La Gran Bestia, aunque mucha gente se queda con lo fácil, como Opinión de mierda o Idiota. Muchas veces estás leyendo o viendo algo y te da una primera idea para una canción. Se puede decir que te inspira, aunque esa palabra no me gusta mucho.

–Si hiciéramos una nube de palabras, “mierda” sería de las que más aparece en las letras. De hecho, en las tres primeras, Seres humanos, Vas hablando mal de mí y Oro, es parte fundamental de la letra...

–Al final, en las letras de las canciones hablamos como lo hacemos normalmente y ya está. Uno en su vida cotidiana habla como habla. Somos así de sueltos y no nos ponemos en modo escritor. Hay mucha impostura.

–Al contrario que en la mayoría de grupos o solistas, el amor apenas está presente. Solo en Ella nunca me aceptó en Facebook, y tampoco se puede decir que sea una canción de amor. ¿Qué les pasa con este asunto?

–El 95% de las canciones de amor son falsas. Si hablases con el pavo que las ha escrito, te darías cuenta de que simplemente está idealizando una sensación, es una impostura. Me parece una cosa tontísima y muy mentirosa. Ahora mismo no tengo un problema amoroso muy contundente que contar y mucho menos para crear una canción, y cuando he pasado por algún bache tampoco se me ha ocurrido llevarlo a un disco.  

–En cambio, hay una segunda parte de Dinero, que es un tema que ya tratábais en LP2, vuestro segundo disco. ¿Es un tema que a Los Punsetes les preocupa?

–Siempre hemos hecho muchas coñas con el dinero. Cuando uno se hace uno mayor, es imposible no pensar en el dinero. Y me da la sensación de que estamos en un momento en el que la gente tiene que pensar mucho más en el dinero de lo que le gustaría. La vida y el dinero están demasiado presentes en la actualidad.

–Vienen de llenar en La Riviera, en Madrid, ¿se puede decir que es el cénit de vuestra carrera?

–Ha sido una cosa muy contundente y sorprendente, no lo esperábamos. Y después vendrán muchos festivales guays, aunque el caso de las salas es diferente. A un festival puede ir gente que solo conoce Opinión de mierda o Tu puto grupo, y en una sala eres el único reclamo. Creo que ha sido una cuestión de crecimiento natural. Desde el primer disco, que tiene ya más de diez años, ha habido progresos continuos, con otros momentos más parados, aunque nunca hemos sentido que nos quedáramos estancados. Igual ha ocurrido desde el punto de vista creativo. Mientras estemos bien y nos lo pasemos bien, seguiremos. 

–¿Cómo es el estado de la música rock en España?

–Por una parte bien, porque hay un montón de grupos buenísimos que están haciendo discos muy chulos, y luego hay otros que tienen mucho más éxito y que no nos gustan mucho. Están Confeti de Odio, que estuvieron con nosotros en La Riviera; Yawners, Carolina Durante, Joe Crepúsculo, Triángulo de Amor bizarro, que ahora sacan disco... 

–En vuestro último videoclip, Una persona sospechosa, el eje central son los vestidos de Ariadna, la cantante, que nunca repite en directo y que diseña ella misma. ¿Es motivo de conversación en el grupo? 

–Es algo que lleva ella por libre y en lo que nunca nos metemos. Somos un poco como el público: sabemos que va a pasar algo cuando salga al escenario, pero no cómo se va a presentar. La sorpresa es para todos. A veces le decimos algo y otras, ni puto caso. Estoy en el escenario con la guitarra, me bajo y alguien me comenta el vestido que llevaba. Pues no me he fijado...

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