Cultura

Un año para rehabilitar un proyecto

  • La candidatura de Córdoba a la Capitalidad Cultural de Europa en 2016 afronta unos meses decisivos para su relanzamiento · La ciudad aún debe definir qué tipo de proyecto quiere y puede presentar

El proyecto Córdoba 2016 afronta su octavo año de andadura con un indisimulable catálogo de premuras y un largo listado de objetivos que en muchos casos coinciden con progresos postulados en años anteriores y que aún no han alcanzado un desarrollo satisfactorio. Los cauces de evolución de la candidatura están ligados al impulso que requiere la Fundación Córdoba Ciudad Cultural, órgano creado en junio de 2006 para aunar los esfuerzos de las distintas instituciones en beneficio de un proyecto que con el paso de los años ha ido calando en la sensibilidad ciudadana como un irrepetible pretexto de proyección cultural, turística y económica en los ámbitos nacional e internacional.

Que la candidatura necesita aferrarse a dinámicas de fortalecimiento constituye una realidad diáfana y que ha sido recientemente puesta sobre el tapete por creadores, políticos y empresarios. La principal crítica aludía a la situación de parálisis que ha sufrido la fundación, que desde su constitución sólo se ha reunido en una ocasión, hace ahora un año. La alcaldesa y presidenta del organismo, Rosa Aguilar, reaccionó con la promesa de que a comienzos de 2008 convocaría a los patronos para celebrar un encuentro en el que se deben discutir los nombramientos del gerente y el presidente de la comisión asesora, debate que lleva tiempo atascado en las subterráneas marañas de la tómbola política local y cuya dilatación no es más que el reflejo de una evidencia que confirma lo inevitable y alarma a los ingenuos: la Capitalidad Cultural, también, se ha convertido, antes que en un ilusionante proyecto colectivo que revindica un planteamiento de trabajo en común, en un pretexto de choque político.

El previsible baile de nombre irrumpió en las últimas semanas del año como respuesta (y prolongación mediática) a los lamentos de unos y los propósitos de enmienda de otros. Pero los nombramientos no serán sino el comienzo de la espiral de decisiones, iniciativas y trámites que deben conducir a la puesta en marcha de la fundación, que a día de hoy carece de recursos de todo tipo. La urgencia es máxima: antes de enero de 2009, el Gobierno abrirá el plazo para la presentación de candidaturas. Todo se decidirá en el segmento 2010-2012. ¿De cuánto tiempo dispondrá la fundación desde su arranque operativo hasta el inicio del plazo de redacción definitiva del proyecto? Seguramente, mucho menos del deseable.

Por otra parte, quedan por definir cuestiones relevantes en torno al proyecto que pueden resumirse en las preguntas: ¿qué tipo de candidatura quiere construir y puede ofrecer Córdoba? ¿De qué manera se va articular el proyecto para que, más allá del triunfo o la derrota, no se agote en la fecha emblemática de 2016? La afirmación de que Córdoba debe plantear una Capitalidad pensando en el 1 de enero de 2017 puede ser calificada de injusta, drástica o meramente ingeniosa. Pero es pertinente. 2016 es el trampolín, la excusa, la plataforma, el banderín de enganche. No el fin.

Porque vincular la Capitalidad a la exclusiva elaboración de un programa puntual de actividades basado en los conceptos de integración, mestizaje, compromiso y concordia no es sino agotar las posibilidades que este reto plantea para que Córdoba configure por fin un modelo sólido de ciudad moderna que invoca la cultura y el patrimonio como valores fundamentales a partir de los cuales tejer estrategias de crecimiento y proyección. Una Córdoba nueva que deja atrás carencias y frustraciones históricas y exhibe su potencial para postularse permanentemente como capital cultural del sur de Europa.

¿Están estos aspectos sobre la mesa? ¿Asoman en la agenda de preocupaciones de los políticos en los raros momentos en que abandonan la lucha cainita por asociar el proyecto a las siglas de sus partidos? Y, más allá, ¿son estos políticos capaces de dar forma a ese nuevo modelo de ciudad moderna y revitalizada que debe crecer vinculado al objetivo de 2016 y expandirse a partir de él?

La fundación se reunirá, alguien será nombrado gerente, Murcia dirá definitivamente si se presenta o no, la web de Córdoba 2016 registrará varios miles de adhesiones más, los poetas de Cosmopoética se harán la foto en el Alcázar... Quizá sea hora de promover debates más hondos, de poner el foco en otras cuestiones. Están en juego demasiadas cosas.

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