'Tropa de elite' sacude la Berlinale al mostrar la guerra de las favelas
José Padilha compite con un relato polémico en el que muestra a unos agentes que combaten la violencia con más violencia y alimentan la espiral de corrupción


Tropa de elite, la controvertida película brasileña que 11,5 millones de personas vieron pirateada en su país de origen, llevó ayer al Festival de Berlín el debate sobre la guerra entre policías y narcotraficantes en las favelas de Río de Janeiro.
Con un alegato a favor de la legalización de las drogas, el director José Padilha defendió su trabajo en rueda de prensa y aseguró que toda la violencia que muestra la película no existiría si las drogas no estuvieran prohibidas.
"Tenemos una policía muy corrupta, violenta, que mata a gente en las favelas. En Estados Unidos cada año mueren unas 200 personas a manos de la policía. En Río de Janeiro, unas 1.200", aseguró. "En Río muere más gente al año que desde la última Intifada en Palestina", añadió. "Estamos creando una policía violenta, entre otras cosas, porque la droga es ilegal en Brasil", afirmó. El realizador cree que "las drogas no deberían estar prohibidas en ningún lugar del mundo".
La trama del film sigue al capitán de la tropa de elite BOPE, especializada en la lucha contra el narcotráfico en las favelas, y a dos jóvenes aspirantes a integrar el cuerpo.
El capitán está a punto de ser padre y necesita encontrar un hombre capacitado para hacerse cargo de la peligrosa misión de velar por la seguridad del Papa en su visita a Río en 1997.
La película, que compite por el Oso de Oro, está protagonizada por Wagner Moura, Caio Junqueira y André Ramiro y coproducida por Brasil, Estados Unidos y Argentina. El director aseguró que en Brasil hubo mucha presión para que no se mostrara, pero eso sólo aumentó la expectación, lo que convirtió al film en el más taquillero de la historia brasileña, incluso a pesar de las millones de copias piratas. Pero con el éxito llegó también la controversia. Una parte de la prensa consideró que la película es fascista, opinión que también compartieron algunos críticos en Berlín. El director se defendió diciendo que con su anterior trabajo, el documental Bus 174, sobre la violencia en Brasil desde la perspectiva del joven secuestrador de un autobús, lo calificaron de comunista. "Esta vez quise mostrar la violencia desde la perspectiva policial, algo que se hizo en Estados Unidos y en Europa pero en Brasil nunca", señaló.
"Siempre se mostró la situación desde la perspectiva de los marginados y los narcotraficantes. Pero hay que tener en cuenta todos los puntos de vista", añadió. "Quiero dejar en evidencia la hipocresía en la que vivimos. Las favelas están controladas por los narcos o por la policía. Nadie puede hacer nada en una favela si no llega a un acuerdo con alguno de ellos", explicó.
Padilha está seguro de que en Europa la película será mejor recibida y no se politizará tanto: "Aquí no se mira la ideología sino que se mira la película como película en sí". "Lo que intenté es olvidar las ideologías políticas y mostrar lo que ocurre en la realidad", señaló Padilha. Para ello recurrió a un tono muy cercano al documental: la cámara se va moviendo siguiendo a los actores, quienes a su vez improvisan todo el tiempo sobre la base de algunas pautas.
Por otra parte, la alemana Kirschbluten-Hanami, de Doris Dörrie, segunda película a concurso de la jornada, ambientada en gran parte en Tokio, fue recibida con aplausos y muchas lágrimas. Protagonizada por Hannelore Elsner y Elmar Wepper, dos aspirantes al Oso de Plata a la mejor interpretación por sus trabajos, se centra en un matrimonio mayor que se enfrenta a la indiferencia de sus hijos en su transición a la enfermedad y la muerte.
Sparrow, del hongkonés Johnnie To, tercer film del día, sobre un grupo de carteristas desafiado por una mujer muy guapa y su millonario y anciano marido, triunfó sobre todo entre los incondicionales del director de Election.
HOMENAJE A BUÑUEL
El genio del director español Luis Buñuel ha sumido a la Berlinale en una fiebre del surrealismo que se contagia en los escenarios emblemáticos de Berlín como el teatro Volksbühne, los cines Zeughaus o la Cinemateca Alemana, encauzadores del fervor del público.
La amplia retrospectiva organizada por el festival para honrar la figura del pionero aragonés ha tomado escenarios y cines comerciales de la ciudad, convirtiéndose en la más exhaustiva de las dedicadas a este renovador del séptimo arte con 40 títulos de todas sus épocas, entre ellos El ángel exterminador y Ese oscuro objeto del deseo.
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