El Thyssen viaja al Quattrocento florentino de la mano de Ghirlandaio

Una muestra reúne hasta el 10 de octubre, en torno al retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni, 60 obras entre pinturas, esculturas, dibujos, manuscritos y objetos varios

El comisario de la exposición señala el retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni.
El comisario de la exposición señala el retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni.

El esplendor florentino del Quattrocento resurge en el Museo Thyssen-Bornemisza en torno al retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni, pintado por Domenico Ghirlandaio en el siglo XV, un cuadro que puede considerarse "la joya entre las joyas" del museo, según explicó ayer Guillermo Solana, conservador-jefe de la institución.

El centro inauguró ayer esta muestra que tiene como eje central la figura de la Giovanna de Domenico y que reúne un selecto conjunto de 60 obras, tanto pinturas como esculturas, dibujos, manuscritos iluminados, medallas y objetos, para ilustrar los temas fundamentales del arte y la cultura en la Florencia de finales del siglo XV: el género del retrato, el tema del amor y el matrimonio y la iconografía religiosa. "A Giovanna le debíamos una exposición excepcional", alegó Solana, que estuvo acompañado por la baronesa Thyssen, encantada de presentar y sentir la obra "maravillosa" de Ghirlandaio.

En este sentido, el profesor Gert Jan Van der Smar, comisario de la muestra, subrayó que ésta es la "primera exposición internacional" que se hace en torno a la figura de este artista, y pone en evidencia la "grandeza" de un pintor que trabajó para la burguesía florentina y al que se le sitúa a la altura de Sandro Botticelli.

En esta misma línea, Van der Smar destacó que en la exposición, después de 500 años, se pueden volver a encontrar cuatro de las pinturas "más hermosas" que adornaban la habitación de Lorenzo, marido de Giovanna. "Esta muestra refleja el esplendor de la cultura y la pintura florentinas", resaltó. La exposición estará abierta hasta el 10 de octubre.

Tanto la historia trágica que esconde este cuadro (la muerte de su protagonista durante su segundo embarazo y el encargo de su viudo de conservar inmaculada la belleza exterior e interior de su esposa) como su "perfección técnica" lo convierten en el "corazón y el alma de la exposición", según resaltó Solana.

La pintura del Museo Thyssen es el único retrato femenino del siglo XV que ha llegado hasta nuestros días del que se conoce su ubicación original. Además, en él se representan algunos detalles (como las joyas o el libro de horas) que hacen referencia a momentos cruciales de la vida de la joven dama, entre ellos la historia de su boda.

En 1486, Giovanna degli Albizzi, miembro de una de las familias más importantes de la ciudad, contrae matrimonio con Lorenzo, otro jovencísimo noble, emparentado con los Médici. El enlace se celebra por todo lo alto; sin embargo, su felicidad se vería prematuramente rota tras la muerte de Giovanna, embarazada de su segundo hijo.

El joven y apenado viudo encarga entonces a uno de los grandes maestros del momento, y amigo de su familia, Domenico Ghirlandaio, un retrato que le permita recordar y honrar para siempre la memoria de su esposa.

Aunque el punto de partida es el retrato de Giovanna, la muestra hace un recorrido por los aspectos fundamentales del siglo XV en el arte. Entre las obras escogidas para ilustrar el itinerario por los motivos decorativos de una de las familias más ricas de la Florencia del siglo XV destacan la Virgen con el Niño de Ghirlandaio, cedida por la National Gallery de Washington; La Anunciación de Filippino Lippi, procedente del Museo del Ermitage de San Petersburgo; La Natividad con la Anunciación a los pastores del taller de Ghirlandaio, del Museum Boijmans Van Beuningen de Rotterdam, o La lamentación sobre Cristo muerto de Cosimo Rosselli, que ha sido prestado por el Philadelphia Museum of Art.

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