Cultura

Perfil adecuado para reflotar la candidatura

  • Carlota Álvarez Basso debe impulsar un proyecto que no admite más demoras

Las formas no fueron las más apropiadas. Al acabar su exposición, Carlota Álvarez Basso salió de la sala para que los patronos debatieran. Un batallón de periodistas se abalanzó sobre ella, que no podía decir nada porque su futuro estaba siendo decidido en esos momentos por un grupo de personas recién conocidas. Entre indefensa y sorprendida, inevitablemente prudente y algo molesta, se metió a esperar en la zona de Alcaldía. Quizá hubiera sido más lógico realizar ese encuentro en privado y, una vez tomada la decisión, avisar a la prensa. En esas condiciones, con la expectación generada y una sola propuesta sobre la mesa (con plena disposición, tras su reciente cese en la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales), y después de tantos aplazamientos y demoras, el veredicto favorable era casi el único concebible.

Así que ya hay gerente. Y tiene experiencia y contactos y un gran perfil de gestora. Ahora hacen falta un presupuesto, unos recursos técnicos y humanos, un plan de acción, una apertura de la Fundación a otras instituciones y colectivos. Cierto es que Álvarez no conoce en profundidad la ciudad y aún está en fase de estudio del proyecto, pero a estas alturas ya se ha demostrado que un vasco puede dirigir admirablemente el Museo del Prado y un castellonense insuflar nuevas energías al Museo Reina Sofía. El portavoz municipal del PP, José Antonio Nieto, no estuvo ayer afortunado. Criticó la falta de cordobeses entre los aspirantes seleccionados y pidió que la Fundación nombre a un presidente, cargo que los estatutos asignan directamente a la figura del alcalde. Nieto hace tiempo que se despegó del proyecto. El desinterés del PP local por la cultura es crónico. Sus estrategias de oposición en este terreno son malas y equivocadas. Una lástima, porque hay para hartarse.

Lo hará mejor o peor, pero Álvarez Basso se ajusta a las necesidades del desafío. Otra cosa es que pueda trabajar en las condiciones adecuadas para darle a la candidatura el impulso que necesita. Se ha perdido mucho tiempo, se han hecho muchas cosas mal, pero Córdoba 2016 cuenta con muchos condicionantes favorables: no hay que competir con ciudades foráneas y en las esferas políticas autonómica y nacional el proyecto está bendecido. La ciudad tiene prestigio en todas partes, fue la primera en postularse y parece razonable que esta vez le toque al Sur. Frente a esto se eleva lo que ya sabemos: la ineficacia de la clase política local, a la que el proyecto claramente supera. Álvarez debe encender las luces que durante siete años han permanecido apagadas.

Cuando Nuria Sanz vuelva de la selva también puede aportar cosas interesantes. Porque ha llegado el momento de buscar aliados notables. El proceso ya es conocido: la convocatoria para 2016 deberá hacerse pública antes de que finalice 2009 y el plazo de presentación de candidatas será de diez meses; un comité evaluará los proyectos (antes de que finalice 2010) y recomendará una lista restringida de candidatas, que completarán sus programas en un plazo de nueve meses (octubre 2011) y volverán a ser evaluadas. A finales de 2011 se conocerá la ganadora. Estamos a finales de 2008. Es la hora del demarraje.

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