La Orquesta nos felicita el año nuevo

Crítica de Música

La Orquesta, en el concierto.
La Orquesta, en el concierto.

orquesta de córdoba

Concierto Extraordinario de Año Nuevo. Programa: Ruperto Chapí, preludio de 'El tambor de granaderos'; Pablo Sorozábal, ensalada madrileña de 'Don Manolito'; Pablo Luna, preludio de 'El niño judío'; Gerónimo Giménez, 'Me llaman la primorosa' de 'El barbero de Sevilla'; Federico Chueca, preludio y sevillanas de 'El bateo', preludio, coro de niñeras y amas 'Tanto vestido blanco' y pasacalle de los barquilleros 'Vivimos en la Ronda de Embajadores' de 'Agua, azucarillos y aguardiente'; Amadeo Vives, fandango y canción del ruiseñor de 'Doña Francisquita'; Franz von Suppé, obertura de 'Caballería ligera'; Johann Strauss II, 'Nur fort!', 'Sangre vienesa', 'Voces de primavera'; Franz Léhar, canción de la Vilja' de 'La viuda alegre'; Eduard Strauss, 'Eléctrico'. Soprano: Auxiliadora Toledano. Coro de Ópera Cajasur (director: José María Luque). Director: Lorenzo Ramos. Fecha: sábado 2 de enero. Lugar: Gran Teatro. Lleno.

Hay muchos aficionados a la música sinfónica que experimentan un cierto hastío con los conciertos de Año Nuevo. Incluso si -moda ya no tan reciente- los programas incorporan junto a los valses y polkas de la Viena alegre los chispeantes ritmos de la zarzuela española, hay quien acude a estos conciertos sin mucho apetito. Imagino que, en estos casos, el ingenio del programador consiste en rebajar la hiperglucemia de la sangre vienesa con algo del coetáneo salero patrio, repertorio en el que las ninfas del bosque, los salones y los marqueses escasean en favor de barquilleros, niñeras y chulos.

La vida, no obstante, esconde a menudo sorpresas hasta en los rituales más previsibles. Y la del Concierto Extraordinario de Año Nuevo fue sin duda el arte de la soprano Auxiliadora Toledano, quien -nunca es tarde si la dicha es buena- se estrenaba con la orquesta de su ciudad natal. A cual más memorable, cinco fueron sus intervenciones; cuatro figuraban en programa y la quinta (Mein Herr Marquis de El murciélago de Johann Strauss II) encabezó la serie de tres propinas con que los artistas participantes en el evento respondieron a las largas ovaciones del público. Auxiliadora Toledano bordó las coloraturas y demás exigencias técnicas de sus papeles mostrando una musicalidad natural sorprendente. Su registro agudo es maravilloso y el grave, a veces algo solapado por la orquesta, me pareció también bello y controlado. Mostró además una capacidad de emocionar tremenda (sublime en la pieza de Léhar) y sobradas dosis de eso que llaman tablas.

Muy acertados estuvieron el Coro de Ópera Cajasur (que estrenaba director) y muy especialmente la Orquesta de Córdoba, cuyo director en estos tiempos difíciles está realizando una extraordinaria labor de conjunción y empaste. Por cierto, para delicia del público, rindió cumplido homenaje a todas las habituales bromas de los conciertos de Año Nuevo.

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